Hace poco Mario Vargas Llosa se preguntaba qué es lo que hace que personas inteligentes se pongan a decir disparates. Parafraseando a Mario, me preguntaría qué es lo que lleva a personas usualmente serias e inteligentes a hacer tanto daño, a no darse cuenta de la consecuencia de sus acciones. Me refiero, como podrá deslizarse del título de este post, al director de Perú 21 señor Fritz Du Bois y a su campaña contra los bonos y pensiones de algunos ex congresistas.
La campaña de Perú 21 primero que nada tendría que diferenciar a aquellos "políticos" que viven de la política de aquellos políticos que viven para la política.
Los primeros, los que viven de la política, de seguro que no necesitarán pensiones. Gracias a su categoría de vividores de la política, se han convertido en receptores de prebendas, lobbistas consumados, tienen negocios (casinos, restaurantes, universidades), convierten a sus estudios de abogados en intermediadores de intereses, es decir, toda una gama de ciudadanos que (como diría César Hildebrandt) han enriquecido su vida gracias a la política. Esos, con seguridad, no necesitarán de pensión alguna, como no la necesitarán muchos de los que actualmente pululan en el MEF al lado del ministro Luis Carranza.
Pero hay políticos decentes, de primer nivel, que viven y han vivido para la política. Uno de ellos Don Fernando Belaúnde que de ser tan honesto se le tildó de vivir en una nube. Por lo que significó como ejemplo, él o su tío Víctor Andrés, son de los grandes hombres del siglo XX. Así como ellos, y salvando la distancia, hay ciudadanos que han hecho del servicio público un apostolado. Don Héctor Cornejo Chávez por ejemplo. Un hombre decente y super inteligente, tanto como Don Francisco Belaúnde Terry, hermano de Don Fernando. En la misma situación está un incansable luchador contra la corrupción, el Señor Don Héctor Vargas Haya, un político integérrimo y honrado por donde se le mire. Don Héctor Vargas Haya ni siquiera tiene casa propia. Vive en una casa alquilada a pesar de haber sido servidor público durante 38 años. Está también en la relación Don Javier de Belaúnde una persona que enorgullece al país. Y hay más personas decentes así como viudas, que no merecen que se les meta en el saco de la generalización, confundiéndolos con personajillos que ensucian la política como Agustín Mantilla, Rómulo León y algunos fujimontesinistas.
Siento que hay una campaña de satanización de la política. Se quiere alejar de ella a toda persona decente. Es el sueño de los fujimoristas que no quieren al frente a políticos que se opongan a la libertad de Fujimori o de los lobbistas que están aterrorizados porque se les pueda investigar en un futuro o se les acabe el universo de las gollerías, esas que le cuestan millones al país. Porque los lobbistas son los que necesitan de una política mediocre, de un Congreso de bajo nivel, para hacer lo que se les venga en gana. Eso es lo que quieren los que se dedican a destruir nuestra endeble institucionalidad.
Hay gente que rápidamente ha hecho dinero en la política. Gracias a los mineros, a los banqueros, a algunas universidades, a las empresas de construcción, a los estudios de abogados que sin ética intermedian intereses corruptos. Esos son los sujetos que nunca son señalados y que serían los niños bien de esta situación porque no necesitan pensión. La mermelada, esa herencia maldita del fujimorato, ahoga a las unidades de investigación. Pueden hacer sus vías expresas con peaje por dos kilómetros o construir de manera sobrevalorada, no pasa nada. Pueden traer carne malograda o tener un departamento en París, no se dice nada. Pueden estudiar en Estados Unidos con plata robada a todos los peruanos y nadie se cae de espaldas. Pueden tener vun BMW con sueldo de regidor o pueden recibir CTS de varios millones de dólares como Montesinos y nadie se inmuta. De esos, que de hecho no necesitarán pensión no se dice nada...por ahora.
Finalmente. Es una vergüenza el papel del presidente del Congreso Luis Alva Castro, que de seguro por recomendación de su vicepresidenta Cecilia Chacón ha procedido a derogar este dispositivo causando mucho daño a gente decente. Él al igual que otros políticos de papel tiemblan ante el primer paginazo mediático. Se ponen a las órdenes del fujimorismo indecente que ha hecho del Congreso la mesa de partes de algunos intereses económicos.
Que se separe a la gente que no merece la pensión de aquella que sí la merece.
Mi reconocimiento y agradecimiento a referentes políticos que merecen con justicia esta pequeña pensión y que son tan grandes que jamás alguien se atrevió a ofrecerles una comisión.