miércoles, 26 de junio de 2013

Alcaldesa de Barranco: Cuando decía que luchará por los acantilados de la Costa Verde

En esta entrevista, concedida al programa No culpes a la noche que conduce Milagros Leyva, la alcaldesa de Barranco señala que no venderá los acantilados. La destacada periodista le indica que se están destruyendo los acantilados. Fue el 28 de junio del 2012. La alcaldesa responde que es una situación heredada, lo cual es cierto, producto de las acciones "corruptas" de los alcaldes anteriores, como bien dice la periodista. Recuerda que Mezarina fue el que permitió las construcciones en los acantilados (situación penal que debería alcanzar a este individuo). Pero lo importante es lo siguiente: la alcaldesa dice haber convocado a sus asesores legales para solucionar este problema, reconoce que se han construido más pisos y sótanos en lugares incorrectos ya que invaden espacios públicos, señalando también que los ciudadanos están en peligro. Promete luchar hasta el final y ante la pregunta de Milagros sobre si corrió plata o no, la alcaldesa asegura, luego de breve silencio, que en su gobierno no. Bueno, la verdad es que no entendemos por qué ha cambiado de opinión y ahora se pretende vender el espacio público de los acantilados a una empresa. Saque sus conclusiones.


El laberinto veneciano de Borges

Una hermosa nota cultural es lo que nos trae el suplemento respectivo de El País. Trata de un laberinto construido recién hace dos años en Venecia, de más de 2000 metros cuadrados y que es la delicia de niños y turistas. La nota hace referencia a la pasión del escritor argentino por los laberintos, a los cuáles menciona recurrentemente en sus obras tales como los cuentos El jardín de los senderos que se bifurcan y Los dos reyes y los dos laberintos.
Los dejo con la nota:

Perderse en el laberinto de Borges, en Venecia

Ubicado en la isla de San Giorgio Maggiore, está inspirado en un cuento del escritor argentino


Bajo el cielo límpido de Venecia, dos niños juegan a encontrar la salida de un laberinto enorme: ocupa un área de 2.300 metros cuadrados y lo forman 3.250 plantas de 75 centímetros de altas. Corren felices. Nunca antes habían visto nada igual. Sí, cómo no, solo en los dibujados animados y en videojuegos. Corren. Se pierden.Vagan confundidos. Los chiquillos revolotean en uno de los sitios más tranquilos y hermosos de Venecia: el Laberinto de Borges, en la isla de San Giorgio Maggiore.
Fue construido hace un par de años en esta pequeña isla, que durante siglos fue la morada de monjes benedictinos y hoy es la sede de la fundación Cini. En este sitio tan especial reina el silencio (hasta que llegaron los dos pequeños). En la obra de Borges, el laberinto es un tema recurrente. Un símbolo para representar el miedo y la esperanza, pues cada laberinto posee una lógica para perderse y encontrar la salida.
En el cuento Los dos reyes y los dos laberintos Borges deja clarísimo el concepto. “Cuentan los hombres dignos de fe (pero Alá sabe más) que en los primeros días hubo un rey de las islas de Babilonia que congregó a sus arquitectos y magos y les mandó a construir un laberinto tan perplejo y sutil que los varones más prudentes no se aventuraban a entrar, y los que entraban se perdían. Esa obra era un escándalo, porque la confusión y la maravilla son operaciones propias de Dios y no de los hombres. Con el andar del tiempo vino a su corte un rey de los árabes, y el rey de Babilonia (para hacer burla de la simplicidad de su huésped) lo hizo penetrar en el laberinto, donde vagó afrentado y confundido hasta la declinación de la tarde. Entonces imploró socorro divino y dio con la puerta”…
El laberinto veneciano se inspira en El jardín de senderos que se bifurcan, otro cuento de Borges que cuenta la historia de un chino sabio obsesionado con un laberinto. Desde un pequeño anfiteatro, adyacente, se observa un verdísimo libro abierto, en el cual, desde arriba se lee BORGES, en mayúsculas, por supuesto. Hay presentes otros símbolos recurrentes en la literatura del autor, como los espejos, el tigre, el signo de interrogación, la arena, el bastón...
Este laberinto de la isla de San Giorgio Maggiore es obra del arquitecto británico Randoll Coate, amigo de Borges. Tras la muerte del escritor argentino, en 1986, Coate lo soñó tal y como se puede recorrer hoy en Venecia.
Nunca he estado en el otro laberinto de Borges, en Los Álamos, provincia de Mendoza, Argentina. Y, sin embargo, he de decir que caminar por el de Venecia zambulle al viajero en el universo de Borges del modo que tal vez él hubiera querido.
Los chiquillos encuentran con dificultad la salida. Cuando se reúnen con su madre le dicen: “era muy grande este señor, Borges”.

Narcoindultos: La investigación podría comprometer a Alan García según Fiscal Peláez

El caso de los narcoindultos es en realidad monstruoso. Que se instale una maquinaria corrupta que se dedique a liberar a narcotraficantes no como producto de amenazas sino como consecuencia de un pago es un acto que genera repulsión. Según las informaciones de la prensa un individuo, Facundo Chinguel, a través de intermediarios, y visitando permanentemente, más de 25 veces, tanto a Alan García como a su cuestionado secretario Luis Nava. Esta acción, como es obvio, merece sospecha y debe investigarse. Que el presidente de la república se dedique a indultar a bandas enteras de narcotraficantes a cambio de dinero (un monto por año de disminución de la pena) es tal vez el peor delito que se ha cometido desde el nivel más alto del estado, sólo superable por los crímenes o asesinatos de personas.
Esperemos que la Fiscalía actúe con la independencia del caso. Para tal fin, la Procuraduría tiene que cumplir su labor de manera objetiva y la megacomisión del Congreso también. La prensa debe cumplir con su rol fiscalizador y sobretodo vigilante en este proceso.
Respecto a Aurelio Pastor tengo sentimientos encontrados. No dudo que es el primer interesado en buscar que se ahonden estas investigaciones.Lo que pienso es que él es una herramienta, una víctima, que no supo decir no (y ese es, lamentablemente, su pecado) a instancias superiores, que debe averiguarse con precisión quién es. Esa instancia superior sería la misma persona que ya antes, utilizando a Agustín Mantilla, lo llevó a estar varios años en la cárcel.

A continuación una relación de noticias sobre el tema:

Chinguel le responde a Alan García: "Soy un hombre probo"  si es así que indique que papel jugaba el expresidente.

Municipalidad de Lima: Empiezan obras de transporte y no hay plan de desvíos

La llamada reforma del transporte por parte de la Municipalidad de Lima es sinónimo de desorden e improvisación. Ello, como es natural, causa gran incomodidad en los usuarios, vecinos y comerciantes. Sin embargo eso no parece importarle a la Alcaldesa de Lima quien de esta manera sigue cosechando antipatías, a pesar, que viendolo desde otro ángulo, las obras que se quieren hacer podrían significar un beneficio para la ciudad pero que, al ser prácticamente impuestas  sin diálogo con los vecinos y con mucha improvisación, generan rechazo en la población.
La siguiente nota, de Perú 21, muestra ese desorden. Nos dice que se han iniciado las obras en el Puente Alipio Ponce pero que, cosa de locos, proximamente se informará del plan de desvíos, es decir improvisación pura, cosa ya común en los asesores de transporte de la alcaldesa, realmente ineptos.

Aplicarán desvíos por inicio de obras en el puente Alipio Ponce

Miércoles 26 de junio del 2013 | 15:37

Los trabajos forman parte del megaproyecto Vías Nuevas de Lima. La Municipalidad de Lima informará en los próximos días de las rutas alternas.

(Foto: Rafael Cornejo/Peru21)
(Foto: Rafael Cornejo/Peru21)

Pese a que el inicio estaba programado para mayo, hoy recién se iniciaron las obras de remodelación de la zona del puente Alipio Ponce, en San Juan de Miraflores, trabajos que forman parte del megaproyecto Vías Nuevas de Lima, con el que se pretende modernizar los ejes viales de acceso y articulación de la ciudad.
El gerente de Promoción de la Inversión Privada de la Municipalidad de Lima, Domingo Arzubialde, explicó que el objetivo de las primeras obras en los alrededores del puente Alipio Ponce es solucionar los problemas viales que a diario se presentan en toda esa área y que son considerados de alta complejidad.
Las principales medidas serán la construcción de dos óvalos en dos extremos de la avenida Pedro Miota para evitar los nudos que forman los vehículos al girar.
Asimismo, se levantará una pista auxiliar de desaceleración con capacidad para seis vehículos grandes –que debe concluirse en diciembre- y una vía de aceleración que conduzca a los vehículos a la vía principal.
Igualmente, se contempla la reubicación de los paraderos más hacia el sur, uno de los cuales, dijo, está sobre una intersección y la construcción de una red de puentes peatonales que desemboquen en los terminales, de tal forma que la gente pueda subir inmediatamente y en forma segura.
“Todas las vías serán completamente asfaltadas para superar el estado calamitoso en el que se encuentran y con un mejor sistema de iluminación, lo que brindará mayor seguridad a los transeúntes”, indicó el funcionario.
Agregó que en los próximos días se conocerá el plan de desvíos que se aplicará para permitir el desarrollo de los trabajos, pero adelantó que se tratará de minimizar las molestias a peatones y conductores. “Siempre se generarán molestias pero trataremos de mitigar esos efectos”, remarcó.
Arzubialde admitió que hubo un ligero retraso en algunos temas administrativos y de licencias, pero señaló que en el caso de las obras en sí no hay mayor problema y que inclusive se pretende adelantar el inicio a noviembre en vez de enero y febrero.

La batalla por una mejor universidad



La batalla por una mejor universidad *
Un tema tan importante como el referente a la educación universitaria merece un amplio despliegue informativo. En el ciclo de formación de las políticas públicas, el debate público  es el núcleo para dar forma a una ley o norma sostenible. Es lamentable que en el Perú, en donde tanto se reclama un debate de grandes temas, cuando se tiene la oportunidad de ello, se minimice a personajes que sí tienen mucho que aportar. Me refiero al Dr. Manuel Burga Díaz, ex rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, quien diera importantes declaraciones el lunes en Ideele Radio las cuáles no tuvieron la repercusión que merecen en los diversos medios de comunicación. Ello demostraría que el debate en torno a la nueva Ley Universitaria ha devenido en un mero juego de intereses económicos en donde se da prioridad sólo a aquellos que están en contra del proyecto de Ley y a favor del grupo de rectores que no quieren  perder sus privilegios.
Ya he mencionado que nuestro sistema universitario es deplorable y no sirve para darle solidez a nuestro país que pretende ser desarrollado. A pesar de los esfuerzos de dos o tres universidades, no tenemos organizaciones de élite y en promedio la universidad peruana es mediocre. Sin embargo se quiere permanecer en el estado actual, malogrando generaciones enteras, ignorando que en su impacto, estas promociones de profesionales conducirán al Perú en los próximos años. Así la debacle por falta de personal calificado estará garantizada.
El Dr. Manuel Burga Díaz ha señalado lo siguiente: “Me parece que en general los estudiantes  no tienen la actitud del estudiante chileno que pide una mejor calidad y los rectores no tienen la actitud de los rectores tradicionales que hubo en el Perú en el siglo XIX”. Totalmente de acuerdo. Es muy penoso el papel de los sanmarquinos que se ponen del lado de quiénes han conducido a la universidad al desastre en que se encuentra y son incapaces de reclamar una educación de calidad. En la misma línea se encuentran los estudiantes que, en aras de la “autonomía”, toman universidades en lugar de dedicarse a leer el proyecto de Ley y promover un cambio educativo.
El papel del congresista Daniel Mora también es meritorio. Está demostrando coraje político al no ceder ante los paginazos y los avisos pagados ni a la hemorragia declarativa de quiénes creen que la educación universitaria es sólo inversión para hacer grandes negocios. Ya basta. Es necesario hacerle un alto a las universidades clientelistas que descaradamente se utilizan para vender diplomas, promover partidos políticos o financiar caprichos y lujos personales. Hay un sistema perverso que consiste en comprar opinión a partir de jugosos contratos a líderes comunicativos. Eso no es universidad, eso es cualquier cosa.
Bienvenido el debate y el intercambio de ideas. Mientras Daniel Mora reciba el apoyo de personas capaces y sólidas en lo ético y lo intelectual como el Dr. Manuel Burga Díaz deberá  entender que marcha por el camino correcto y  por lo tanto persistir. El país se lo agradecerá.

Juan Sheput


* Artículo publicado hoy en Diario 16

miércoles, 19 de junio de 2013

A propósito de la Ley Universitaria: Si no cambia seguiremos en lo mismo



A propósito de la Ley Universitaria: Si no  cambia seguiremos en lo mismo
Algo de bueno, o mucho, debe de tener el proyecto de Ley Universitaria que se viene discutiendo en la Comisión de Educación en el Congreso para que haya sacado de su zona de confort a muchos rectores, que hoy se pasean con visible preocupación, por diversos medios de comunicación. Lo lamentable es que, más allá de esta notoria posición defensiva, los rectores o especialistas amigos de los rectores, no aportan nada nuevo a la discusión, sino se dedican a defender la situación actual, es decir el statu quo. Siendo así, de permanecer en la situación vigente, el Perú se vería condenado a seguir padeciendo de uno de los peores sistemas universitarios del Mundo, con una gran cantidad de universidades, ninguna de las cuáles es considerada como de élite y que ni siquiera figuran entre las mejores de América Latina.
El cuadro es deprimente. Tenemos universidades que se han convertido en meras unidades de negocio, en donde más interesa la boleta de pago que la formación integral de un ser humano como profesional. Se han multiplicado como por esporas, por diversos lugares del país, captando a jóvenes deseosos de tener un título, pero lamentablemente, sin mayores deseos de aprender. Hay una gran crisis, en ese sentido, de valores en el sistema universitario. Se da prioridad a la entrega de títulos y no a la necesidad de enseñar y aprender. Es cierto que hay algunas universidades que son la excepción, pero en el caso peruano sólo sirven para confirmar la regla del estado calamitoso en que nos encontramos.
El debate sobre la nueva Ley Universitaria no debe circunscribirse a la mal entendida autonomía. Debería evaluarse a la luz de los resultados: ¿tenemos alguna universidad entre las 500 mejores del mundo? ¿Hay  alguna universidad peruana entre las 100 mejores de América Latina? ¿Tenemos el cien por ciento de profesores con el título de doctor? ¿Se da prioridad a las carreras técnicas de las cuáles hay déficit?¿Alguna universidad es el corazón innovador de un cluster?  La respuesta a todas estas preguntas es NO, lamentablemente NO. Y ese es un grave problema pues las probabilidades de ser un país desarrollado disminuyen dramáticamente con un sistema universitario tan deplorable como el que tenemos.
Si en aras del respeto a la empresa privada  las universidades negocio desean seguir haciendo una fortuna  con las ilusiones de millones de jóvenes es una cuestión que atenta contra la ética. La mejor respuesta es brindarles a los padres  una universidad pública de primer nivel, que sea competencia de la privada, y que como consecuencia de ello sirva de catalizador para la mejora de todo el sistema. Pero no es así. La UNI, San Marcos, la Agraria, tienen de los mejores alumnos del país, con promedios de ingreso de uno por cada 8 postulantes, con exámenes  de admisión muy exigentes, pero ¿Qué encuentra esta “materia gris” de primer nivel al ingresar a la universidad? Profesores desactualizados que enseñan repetitivamente lo que saben y no lo que deberían enseñar  basados en las tendencias académicas que rigen los destinos de la profesión.
Ojalá la Comisión de Educación que preside el Congresista Daniel Mora no se amilane en profundizar en el debate de una Ley muy necesaria para el futuro inmediato del Perú. Que unos cuantos rectores que se interesan sólo por su futuro personal no sean obstáculo de una reforma necesaria para el país. 
 Juan Sheput

Artículo publicado hoy en Diario 16

viernes, 14 de junio de 2013

Minería, medio ambiente y modernidad

El siguiente es un interesante análisis del profesor Anthony Bebbington aparecido en el portal de la Universidad de los Andes de Colombia. Como se sabe, Uniandes es una de las mejores universidades del Mundo y promueve debates de este tipo, con lo cual el sesgo prominero que se niega a ver otras opciones es relativizado. Los invito a leer esta interesante reflexión.

 

La minería, ¿qué tan moderna?

Anthony Bebbington
Director de la Escuela de Geografía
Clark University
¿Qué quiere decir ser una sociedad moderna? Con frecuencia la gran minería se presenta como un símbolo de la modernidad. Se habla de “la minería moderna,” una minería de “tecnología de punta,” que ”no contamina”, y que trae el desarrollo a comunidades “primitivas” que no tienen otra opción. Son muchos los códigos y las palabras clave que se movilizan, a veces inconscientemente, para ir creando esta imagen de la minería. De hecho, con frecuencia la gran minería se presenta como sinónimo del desarrollo – la locomotora vuelve a ser el destino.
Ahora bien, no cabe la menor duda de que la minería a gran escala se basa en la aplicación de tecnologías impresionantes. Son tecnologías que van desde el uso de técnicas digitales para ir “leyendo” y revelando el subsuelo hasta las volquetas enormes que andan por los tajos abiertos o los mineroductos que cruzan cientos de kilómetros y transportan un lodo mineralizado entre mina y puerto de embarque.  La minería a gran escala constituye un verdadero triunfo de la dominación de la naturaleza por parte de (ciertos) seres humanos.
Pero queda una inquietud. ¿Qué tan moderno es todo esto? ¿Una sociedad se define como moderna por las tecnologías y los modelos de negocios que sus empresas utilizan? Pero más que esto, persiste mucho de lo viejo en esta forma de extracción de recursos naturales. Siguen existiendo las enormes asimetrías de poder que siempre han caracterizado las relaciones entre grupos étnicos, entre elites y campesinos, entre empresas internacionales y autoridades locales. Persiste una vieja dinámica en la cual “el centro” sabe que sabe lo mejor para las periferias; en cierto sentido persiste la relación de tutelaje entre elites sabias y sujetos primitivos quienes realmente no entienden y son desinformados por partes interesadas. Y finalmente persiste esta dominación de la naturaleza que tanto ha caracterizado los últimos dos siglos y cuyo balance no es tan evidentemente positivo.
El nuevo avance de la gran minería en América Latina ha generado un profundo debate en la sociedad – hasta con violencia - porque se ha chocado con otros procesos que constituyen otras nociones de la modernidad. Primero ha sido el proceso de profundización de derechos. Aún falta mucho camino para recorrer, pero es evidente que muchos más latinoamericanos reconocen que son sujetos de derechos que hace unas décadas. Además, se sienten sujetos activos hasta los lugares alejados de los centros de poder, fruto de años de trabajo de hormiga por parte de funcionarios públicos, actores de la sociedad civil, la Iglesia y otros – y fruto también de las cada vez más ubicuas experiencias de la migración.
En segundo lugar está el proceso de educación rural formal, no-formal y (ahora) digitalmente auto-dictado. Este proceso ha ido creando ciudadanos con nuevas destrezas y conscientes de ser portadores de derechos. Tercero ha sido el proceso de toma de conciencia por parte de pueblos indígenas y afrodescendientes de la legitimidad y el poder de sus identidades – y de que estas identidades les hacen no solo sujetos de derechos sino también de proyectos culturales de gran arraigo histórico, que implican responsabilidades éticas tanto con generaciones pasadas como generaciones futuras. Cuarto ha sido la territorialización de estas identidades – la noción de que son identidades que tienen raíces (a veces pre-coloniales, a veces post-coloniales) en ciertos espacios geográficos. De allí nace el proceso de (re)construcción de territorios que ha caracterizado muchos países de la región.  
Y quinto tenemos la cada vez más importante toma de conciencia ambiental – el reconocimiento de que los recursos naturales son vulnerables y que no pueden aguantar indefinidamente cualquier presión humana. Este reconocimiento se difunde por la experiencia (¿cuantas veces Ud. ha escuchado a un agricultor diciendo “el clima ya no es como antes”?) y por la cada vez mayor disponibilidad de información de que algo grave está pasando con el mundo que todos habitamos. Tan es así que, bajo condiciones de cambio climático, el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales de El Salvador percibe tanta vulnerabilidad ambiental a nivel nacional que ha enviado a la Asamblea Legislativa una propuesta de ley para una suspensión indefinida de la minería.
Todos estos son procesos de la modernidad también: la profundización y la internalización psicológica de derechos y de ciudadanía; el reconocimiento de diversas identidades y de la posibilidad de ser moderno en diversas maneras; y el reconocimiento de que vivimos con riesgos, que detrás de cada certeza hay otra incertidumbre, que la tecnología ha producido mucho más dominación que entendimiento y sabiduría.
Los debates sobre la minería se vuelven tan feroces, quizás, porque contraponen estos diferentes imaginarios sobre cómo ser moderno. Contraponen una visión de certeza (“con esta tecnología podemos”) con otra de incertidumbre (“¿por qué deberíamos confiar dado la experiencia hasta la fecha?”). Contraponen distintas maneras (todas modernas) de ocupar el espacio y de justificar esta forma de ocupación.
El debate sobre la gran minería pone en tela de juicio el tipo de modernidad que la sociedad quiere. ¿Una modernidad que construye desde los derechos, la diversidad y una democracia profundizada, u otra modernidad que construye desde las asimetrías de poder y las capacidades tecnológicas también asimétricas? Una modernidad autoritaria que centraliza, o una modernidad incluyente que descentraliza. Puede ser que habrá un rol para la gran minería en cualquier de estas opciones. Lo que sería diferente es cómo se define este rol, quiénes participan en esta definición, los criterios que se usan y cuán rápido sea el proceso. Visto así, la gran minería presenta un gran desafío para la gobernanza de los recursos naturales. ¿Sobre qué dimensiones de la modernidad y qué valores se construirán las instituciones a través de las cuales las sociedades latinoamericanas regularán la extracción de minerales?

Señales particulares

Anthony Bebbington es director de la Escuela de Geografía  y Milton P. y Alice C/ Higgins. Profesor de Ambiente y Sociedad en Clark University, Estados Unidos, y profesor de la Universidad de Manchester, Reino Unido. Es miembro de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos y ha sido profesor becado del Consejo de Investigaciones Económicas y Sociales del Reino Unido. Entre 2011 y 2012 presidió un panel de expertos nombrado por los ministros de Economía y de Medio Ambiente de El Salvador para monitorear la preparación de una Evaluación Estratégica Ambiental del Sector Minero. Bebbington participó como conferencista invitado al seminario internacional Minería en Latinoamérica: retos y oportunidades, realizado en la Universidad de los Andes, los días 23 y 24 de mayo de 2013.

miércoles, 12 de junio de 2013

Indulto, reconciliación y víctimas



Indulto,  reconciliación nacional y víctimas
Ayer ha culminado una etapa más del camino que se tiene que recorrer en la búsqueda de un cupo para el Mundial de Fútbol. Más allá del resultado, ha acabado un elemento de distracción y la ciudadanía vuelve a poner sus ojos sobre la realidad. Siendo así, observamos una serie de hechos que como La Haya, el debate sobre determinadas reformas, los problemas de inseguridad y reglaje  o la negativa del indulto al expresidente Alberto Fujimori  permanecen en la agenda pública, exigiendo de nuestra clase política la mejor de sus actitudes.
En esta oportunidad me ocuparé del indulto negado al expresidente Alberto Fujimori. A pesar de los deseos del gobierno de llamar a este hecho un “tema cerrado”, el realismo político nos permite aseverar que no es así. Los partidos no claudican en sus deseos de ver liberados de problemas a sus líderes políticos. Si bien es cierto el expresidente Alberto Fujimori es un condenado, también es cierto que el indulto por enfermedad es una posibilidad que el mismo presidente Humala se ha encargado de dejar abierta durante un mensaje que buscaba explicar su decisión a la sociedad. Las mejoras carcelarias y la eventualidad de volver a estudiar  el caso, son elementos concretos de un mensaje presidencial que buscaba,  en el verbo y no en el gesto,  ser conciliatorio. Es lamentable que ante dicha señal el fujimorismo reaccione con exagerada agresividad y con algunos insultos, cuestión inaceptable que afecta el debate e intoxica el necesario intercambio de ideas.
El Perú necesita de una reconciliación. De repente ahora no es el momento, pero debemos marchar hacia ello. Esto no significa que los partidos dejen de ser  frontales o adversarios sino que la polémica se desarrolle bajo un ambiente civilizado propio de una democracia que se quiere consolidar. Pero para llegar a esta reconciliación es imprescindible tomar en cuenta a las víctimas de los crímenes de Estado. Es una realidad que no se debe soslayar. El fujimorismo debe hacer un análisis serio y entender que el tema del perdón y el arrepentimiento no constituye, de ninguna manera, una humillación, sino una actitud que lleva a la reconciliación pues toma en cuenta a las víctimas, personas inocentes  que  como se demostró en el juicio,  murieron por balas de quienes se supone deberían defenderlos.
El indulto es una complicada ecuación que tiene entre sus variables al gobierno, al fujimorismo y a las víctimas mencionadas. No se puede llegar a una solución definitiva sin tomar en cuenta a todas ellas. Aunque superficialmente, considero que el presidente Humala se ha referido a la variable víctimas  al hablar del arrepentimiento que dice no haber visto en el comportamiento del expresidente Fujimori. Habría sido, en todo caso,  mejor que el presidente hablara de manera más directa. Pero el fujimorismo ha tomado este pedido como una ofensa, craso error, pues si bien es cierto hay dolor e indignación en la familia del señor Fujimori también lo hay en aquellos que han perdido a padres o hijos como consecuencia de una política de gobierno completamente equivocada.
Es momento de pensar en las posibilidades de la reconciliación nacional. Y en ese proceso la reflexión  atribuida  a Albert Einstein  “no esperes distintos resultados si sigues haciendo lo mismo” puede ser un excelente insumo.  
Juan Sheput
Este artículo ha sido publicado hoy en Diario 16