miércoles, 1 de enero de 2020

En la recta final: elecciones parlamentarias 2020

Como ustedes saben, estoy postulando por el Partido Político Contigo con el número 1, razón por la cual he visto la conveniencia de hacer un análisis sobre el próximo proceso electoral. Estamos en el primer día de la tercera década de este siglo y a tan solo veinticinco días del día de elecciones. Los opinólogos, de manera superficial, señalan que la "campaña no calienta" y atribuyen esta situación a que no hay candidatos presidenciales, los partidos no toman la iniciativa, los candidatos esperan la última hora o la ciudadanía no les presta atención. Ignoran en su análisis que estamos viviendo las consecuencias de una pésima reforma política, que se manifiesta en un desorden institucional, en organismos electorales que funcionan a tronpicones y en que no existe la posibilidad de hacer una campaña, en términos técnicos, efectiva. El financiamiento estatal, al ser insuficiente, atenta contra la posibilidad de fomentar y publicitar a los nuevos cuadros partidarios y por otro lado, el alejamiento de los recursos privados, por haberse satanizado o mal utilizado, afecta, indiscutiblemente al desarrollo de la actual campaña.
¿Sin recursos económicos ustedes creen que habrían tenido éxito las campañas partidarias así hubieran lanzado candidato presidencial? Pues de ninguna manera ya que sin recursos no se puede hacer propaganda, no se pueden hacer mítines, no se pueden hacer eventos, y si a eso le agregamos la medida completamente absurda de prohibir propaganda política en medios privados pues veríamos una situación similar a la actual.
Es cierto que esta es tan sólo una arista del problema. Pero reducir el análisis a que la campaña no calienta porque no hay locomotoras es realmente absurdo. Otros procesos menores, como elecciones complementarias o revocatorias han tenido otro grado de interés por la posibilidad de invertir en propaganda.
Uno de los problemas de nuestro país es que esto no se comenta en voz alta. Por una sencilla razón, hay una suerte de cobardía de ir en contra del consenso complaciente, así este sea equivicado. Y con ello se le está haciendo un tremendo daño al país. Desde mi punto de vista al que más le conviene este escenario es a Martín Vizcarra, pues quiere un congreso a su medida, que le permita ponerlo contra las cuerdas para así generar las condiciones para otra crisis que le permita, posiblemente, ir a la reelección. Situaciones como esta ya la hemos visto antes. Desarrollaré la idea en otro artículo.

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