lunes, 16 de marzo de 2015

Radio Filarmonía o la cultura de la música

Radio Filarmonía o la cultura de la música
Los antiguos libros sobre Roma nos hablan de Casio como un personaje  serio y malhumorado. Un hombre que no reía y no se sabía por qué. El misterio acaba cuando hace unos años, en un estupendo ensayo sobre la vida cultural de Julio César, Max Gallo pone en boca del gran Cónsul y Dictador romano las siguientes palabras: Casio es serio y taciturno porque jamás escucha música. Contundente. Pero no se quedaba allí, decía que esa mala costumbre le quitaba aptitud para “el pensar”. Para César el marco musical placentero era indispensable para la reflexión.
En otras latitudes de la civilización lo mismo fue entendido por los monjes tibetanos que recitan musicalmente sus mantras o los monjes cartujos que oraban cantando en latín. El canto gregoriano no sólo fue la antesala de la música medieval y del renacimiento sino era la compañía perfecta para las jornadas de transcripciones manuales de los libros, que antaño, poblaban las bibliotecas de los conventos. El Siglo de las Luces, llamado también de La Ilustración,  consagró la música barroca y dio inicio a la clásica. La música, entre las artes, ha hecho contribuciones sin par al desarrollo de la Humanidad.
La música buena, la buena música, es partera de cultura y no sólo eso, es compañía perfecta en todo momento de nuestras vidas. Alimenta el alma, convoca recuerdos, nos hace conocer el significado de la palabra celestial. Es siempre portadora de bienestar.
Desde hace más de 30 años nuestro país tiene una Radio Cultural. Se llama Radio Filarmonía. Nos permite transportarnos a  veladas mágicas donde Jacqueline du Pre toca el cello o  Juan José Chuquisengo nos deleita con el  piano. Permite que sintamos orgullo de la voz de Juan Diego Florez cuando canta un aria en el Festival de Salzburgo o ante el público más exigente del mundo, en el Deutsche Oper de Berlín. Gracias a Radio Filarmonía año tras año podemos gozar, en vivo, de la temporada de ópera del legendario MET, del Metropolitan Opera de Nueva York. Todo ello gracias al esfuerzo inagotable de la señora  Martha Mifflin que se ha puesto sobre los hombros el desafío de llevar la música, la cultura, a cada rincón de nuestro país.
Sin embargo, a pesar de su invalorable aporte a nuestro crecimiento como seres humanos,  Radio Filarmonía se debate hoy en una crisis económica. Los auspiciadores de repente prefieren otros espacios y tal vez otro tipo de música. Es el momento entonces de los ciudadanos que apreciamos la cultura y valoramos el esfuerzo de personajes tan valiosos como Martha Mifflin. Apoyemos a Radio Filarmonía. No permitamos que nuestra indiferencia nos lleve luego a extrañar lo que no supimos conservar. Hay muchas formas de aportar. Ingresemos a la web de la radio www.filarmonia.org y pongamos el hombro junto a Martha. La cultura de nuestro país, y los que vengan después de nosotros,  lo agradecerán.

Juan Sheput

Artículo publicado en la revista Velaverde del 16 de marzo del 2015

Página web de Radio Filarmonía es: www.filarmonia.org

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