Espionaje chileno: lo comercial debe revisarse
Hay argumentos que tan sólo
suenan bien pero que la realidad se encarga de desmentir. En su célebre libro
“La Democracia en América” Alexis de Toqueville da cuenta de la gran cantidad
de negocios norteamericanos que había en Texas, en la primera mitad del siglo
XIX, en ese entonces territorio mexicano. Texas dependía del intercambio con
Estados Unidos y de los visitantes de ese país, consumidores de sus productos y
servicios. Toqueville reflexionó sobre el particular indicando que, de seguir
así, “Texas algún día será territorio norteamericano”. El tiempo le dio la
razón, Texas es desde hace más de un siglo un estado más de la Unión.
En otro célebre libro “Los
cañones de Agosto” de Bárbara Tuchman, la gran escritora norteamericana
recuerda que en 1910 Norman Angell señalaba en su obra “La gran ilusión” la
imposibilidad de una guerra en Europa como consecuencia de la fluidez del
intercambio económico. Con una guerra todos los países saldrían perjudicados,
decía Angell. En 1914 estalló la Gran
Guerra.
En nuestro país hay quienes creen
que la dignidad tiene precio. Ya Don Jorge Basadre hablaba de la debilidad de
nuestras élites y lo frágiles que son cuando de enfrentar posiciones
extranjeras se trata. Se dice que no se debe tocar el tema comercial con Chile.
No importa que se nos falte el respeto, y una y otra vez se burlen de nuestra buena
fe, el tema comercial “debe ir por cuerdas separadas”. Ya basta.
Si hay un beneficiado en el
intercambio comercial entre Perú y Chile ese es el vecino del sur. No hay que
confundir balanza comercial con renta, en esta última es claramente ganador
Chile y eso es por nuestros errores. En una clara demostración de falta de
aplomo y claudicación política, el anterior Congreso no debatió, como demandaba
la Constitución, el Tratado Comercial con Chile y le dio una interpretación
amañada de Acuerdo Comercial. La influencia económica chilena en nuestro país
ya se hace sentir en una clase política dependiente de los fondos de campaña y
con bajísimo espíritu republicano. No es una insensatez debatir el tema
comercial y enfriarlo de darse el caso. Chile se permite subestimar nuestra
capacidad de reacción indicando que lanzamos amenazas que no seremos capaces de
cumplir. Se equivocan. El tema comercial sí está a nuestro alcance y es
propicio que se ponga en debate su desarrollo. Por ello estoy de acuerdo con lo
señalado por el Dr. Carlos Ferrero en el sinsentido que tiene integrar la
Alianza del Pacífico con un vecino, Chile, que permanentemente tiene actitudes
hostiles hacia nosotros.
Aquellos políticos que tienen en
su papel en la historia a uno de sus
estímulos, bien harían en ver el rol que vienen jugando en estos días en
relación al espionaje comprobado chileno hacia nuestro país.
Juan Sheput
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