“Gracias por dejarnos trabajar”
Demostrando que no ha cambiado y
que por tanto Lima sufrirá las consecuencias de ello, el alcalde Luis Castañeda
Lossio ha declarado que de todas maneras se hará el tercer carril en la Costa
Verde y que los tablistas no son vecinos
privilegiados. No interesa que se destruya el último espacio público natural de
Lima, para el actual alcalde y la saliente alcaldesa, todo debe girar en torno
a los carros que transitan por la Costa Verde y no a los vecinos que veranean y
disfrutan en la playa.
Es el síndrome de la obra física,
esa que tiene que ver con obras por aquí y obras por allá, inútiles y que no
solucionan el problema del tráfico, por la sencilla razón que no obedecen a una
seria planificación y que son de pleno interés para las empresas constructoras.
En nuestro país, y en especial en
Lima y sus distritos, hace mucho que los alcaldes dejaron de hablar de espacios
públicos. Hoy su discurso monotemático se refiere a playas de estacionamiento,
terceros carriles, vías de evitamiento y angostamiento de veredas, todo para
que pasen los vehículos motorizados. Los ciudadanos al contrario, son lo
último, Lima es para los vehículos y no para los vecinos.
Por eso me parece gracioso que se
diga que Enrique Cornejo va a ser una piedra en el zapato para Luis Castañeda Lossio.
Al contrario, es funcional a los intereses del actual alcalde. Cuando Cornejo
dice es necesario hacer obras pues eso es lo que quiere el alcalde que va por su tercer mandato, obra
física, así no sirva para nada.
Si no me cree mire en lo que se
ha convertido Lima. Todas las obras hechas por Castañeda hace unos años
colapsaron apenas se inauguraron. Ninguna obedece a una planificación ni tiene
una visión prospectiva, que analice las tendencias del movimiento de la ciudad
a futuro. Ahora se repetirá lo mismo, bajo el hipnotizante “gracias por
dejarnos trabajar” empezarán las obras a gusto de las empresas constructoras,
pero de mejora de la calidad de vida, nada.
En ese sentido es una lástima que
en Lima no exista ni un solo think tank dedicado al desarrollo urbano de la
ciudad. De existir de inmediato se tendría evidencia comprobable de cómo
ciudades latinoamericanas se transformaron girando el desarrollo alrededor del
vecino y no del parque automotor. Ejemplos abundan: Bogotá, Medellín,
Valparaiso, Mendoza, Guayaquil, Santiago, son ejemplos de cómo se transforma
una ciudad. Lima, al contrario, cada vez se deteriora más, pues ni el alcalde
ni su funcional oposición entienden que deberían empezar por lo básico: la
planificación y abandonar la improvisación.
Juan Sheput
Artículo publicado en Diario Uno
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