En estado de descomposición
Es lamentable como el gobierno de
Ollanta Humala no solo ha paralizado al país en términos de desarrollo sino que
está contribuyendo a una descomposición de la sociedad y a una destrucción de
la institucionalidad.
Tener a ministros que se dedican
a insultar a sus adversarios vía las redes sociales (si así lo hacen de manera
abierta cómo será en círculos cerrados) o que de lo contrario mienten con gran
naturalidad es un síntoma de descomposición que es consecuencia de la falta de
liderazgo en los niveles más altos del gobierno. La premier Ana Jara, a pesar
de manifestar buena voluntad para coordinar con sus pares del gabinete, ha sido
desbordada por los ímpetus de confrontación de algunos de sus miembros o de la
intromisión de personas de mayor jerarquía para involucrar a ministros en el
blindaje de personas cuestionadas.
A tal punto se ha llegado que una
entrevista al presidente de la República ya no coloca asuntos en la agenda de
discusión pública y esto es motivado porque las ideas centrales escasean, el
rumbo o la conducción no se manifiestan o el presidente se niega a hablar de
temas que preocupan a la opinión pública como el caso de Martín Belaúnde
Lossio. Señalar que no se quiere hablar de ese tema cuando hay indicios que
ministros y funcionarios han tratado de mejorar la condición sancionable de un
individuo fugado del país, es no tener una lectura de lo que viene aconteciendo
en el país.
Por otro lado es insólito que un
presidente de la República le dedique tiempo a hablar mal de sus antiguos
colaboradores. Y más insólito que lo haga tratándose de presidentes del consejo
de ministros. Si alguien dudaba que en el gobierno había crisis de liderazgo al
más alto nivel, allí tienen una prueba, salida del propio presidente.
Juan Sheput
Columna publicada hoy en diario Exitosa
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