No tengo la menor duda que el actual gabinete ha sido propuesto por el ministro de Economía Luis Miguel Castilla. De eso trata mi columna de hoy en Diario 16.
El gabinete Castilla
La inmadurez en la conducción del
país por el trío Humala-Heredia-Castilla nos está llevando a extremos insólitos
en la historia del Perú político. Nunca
se ha visto que la juramentación de un nuevo presidente del Consejo de
Ministros sirva para iniciar un periodo de inestabilidad como es el caso actual
que nos ocupa, en que el premierato de René Cornejo es el punto de partida para
una ola de críticas, reclamos, aclaraciones; que abarcan diversos protagonistas,
dirigencias partidarias, gremios, sindicatos y gobiernos regionales. En lugar
que el inicio del gabinete presidido por René Cornejo sirva para calmar las
aguas ha servido para agitarlas. Y, en ese sentido es necesario precisarlo,
sólo hay tres responsables: Luis Miguel Castilla, Nadine Heredia y el
presidente Ollanta Humala con su creciente y evidente debilidad.
Luis Miguel Castilla es el
premier de facto. Ha actuado con cálculo y alevosía en maltratar al expremier
César Villanueva, con lo cual todo lo que se había ganado en contención de los
gobiernos regionales por temas como el canon, se ha perdido. Su afán de ser un
servidor de poderosos intereses económicos lo ha llevado a poner en peligro la
frágil estabilidad del país. Con su actitud ha perjudicado la institucionalidad
que él pregonaba construir y defender. A veces pienso, pues es mi derecho, que
el impulsar el grotesco aumento de seis mil dólares a los ministros tenía por
objeto satisfacer los deseos salariales de llevar al gabinete a sus amigos,
cuestión que ha hecho sin ningún tipo de pudor.
Es por ello que el actual gabinete se parece a un conjunto de profesionales en que
prima el criterio del empleado,
preocupados de su sueldo, sin nivel político e incapaces de hacer política. Lo
único que falta es que los pongan a marcar tarjeta. La designación ha sido tan dirigida e
influenciada por Luis Miguel Castilla que nadie cree en la posibilidad de ver a un premier como René
Cornejo acercándose al presidente Ollanta Humala para indicarle quiénes deben
ser los futuros integrantes del gabinete ministerial. Es un gabinete que nace
desprestigiado, por obra y gracia de la triada inexperta que nos gobierna y del maltrato impartido a
Don César Villanueva.
Por otro lado un gabinete
ministerial se caracteriza por su composición multidisciplinaria. Ese es uno de
los atributos de un consejo de ministros.
Eso no existe en la actualidad. La concentración de economistas
allegados al ministro Castilla hace imposible un debate o una decisión
contraria a los intereses que defienden. Estamos en presencia del nacimiento de
una suerte de autoritarismo al servicio de grupos mercantilistas lo cual es
impropio de un gobierno democrático.
Durante el fujimorato estuvimos
en similar condición. Desde el Ministerio de Economía y Finanzas se ejerció una
imposición de políticas públicas al servicio de poderosos intereses
económicos. Montesinos y la burocracia
del MEF jugaba en pared con el consentimiento de Fujimori. Promovían un mercado
sin ningún tipo de regulación (al margen de la Constitución) y sin ningún
respeto por el consumidor. Lo mismo sucede en la actualidad con una gran
diferencia: durante el fujimorato vivíamos técnicamente en una dictadura, hoy
no. Es penoso que gracias a Ollanta Humala los poderes fácticos, aquellos que
desde el poder económico o mediático deciden, se hayan impuesto en el proceso de
conducción y toma de decisiones en el país. La debilidad de Ollanta Humala se
ha puesto de manifiesto en la designación del último gabinete en que ninguna de
sus propuestas ha sido tomada en cuenta.
Este es un gabinete que nace de
espaldas al país. Tal vez la mejor manera de comprobarlo es que los pocos
políticos o comentaristas que lo
defienden son los mismos que siempre están del lado de poderosos intereses
económicos.
Juan Sheput
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