miércoles, 18 de diciembre de 2013

Prepotencia o coordinación parlamentaria, el caso de Malka Maya

No se debe confundir. Hablar de una funcionaria y su papel en el Congreso de la República no tiene ninguna importancia. Hablar, o escribir, de quien ordena en nombre del presidente o la primera dama a los parlamentarios sí es importante, pues destruye los niveles de coordinación democrático que deben haber y señalan una clara muestra de desprecio por parte del presidente Humala y del presidente del Consejo de Ministros por su propia bancada parlamentaria.
Es sabido que el presidente Humala no se reúne con los congresistas del nacionalismo. Ahora sabemos por qué. ¿Para qué lo va a hacer si basta con un mensaje de texto a su coordinadora Malka Maya para que esta ordene lo que hay que hacer a los congresistas? Esa es la realidad,  que ha generado una permanente situación de conflicto, originada una vez más por el propio gobierno.
No tengo la menor duda que los lobbistas y cabilderos estarán de plácemes con esta situación. No me exytrañaría que salgan a defenderla, indicando que es muy eficiente. Para estos sujetos la eficiencia significa que la bancada haga lo que sus intereses señalan sin encontrar escollo. Y para eso sería suficiente hablar al mas alto nivel del gobierno para que este indique a su vez a sus "operadores"  ordenen lo que tiene que hacer a su bancada.
Pero el asunto no queda limitado a la bancada nacionalista en el Congreso de la República. Las órdenes se extienden al INDECOPI. Según lo señalado en su programa nocturno por Augusto Álvarez Rodrich la señora Maya daría órdenes en dicho lugar por encargo de Nadine Heredia, en casos emblemáticos como por ejemplo Doe Run. Y claro, nadie ha dicho nada por esto, empezando por el procurador Julio Arbizu cuyos valores e iniciativas están en función de lo que le dicen en el gobierno.
Como decía líneas arriba, las acciones de la señora Maya no tendrían ninguna importancia política si no fuera por que ella es la intermediaria de la pareja presidencial, que desprecia a sus congresistas. Tanto los expresidentes Toledo y García tenían reuniones sistemáticas con sus comisiones políticas y con los parlamentarios y ambas se realizaban en Palacio de Gobierno. Ahora se sabe que los congresistas, salvo un grupito mínimo de ayayeros, no visitan Palacio y mucho menos son convocados a reuniones de discusión política. Por otra parte los presidentes del Consejo de Ministros hacían lo mismo con los voceros de las agrupaciones políticas. Ahora no es necesario, estamos en el mundo de los "lleva y trae", sin discusiones ni murmuraciones, basta con una  simple funcionaria para dar las órdenes.
Después Humala habla de institucionalidad y fortalecimiento de los partidos políticos.

Actualización:

Finalmente sobre el particular hoy Augusto Álvarez Rodrich escribe una buena columna sobre el tema.

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