miércoles, 14 de noviembre de 2012

Perú: Entusiasmo por un crecimiento sin sostenibilidad



No es primera vez que desde distintas arenas, académicas, empresariales, mediáticas o políticas se alaba el desempeño de nuestra economía. Sobre la base de las cifras de cortísimo plazo, y sin ningún tipo de prospectiva económica o simple proyección se asegura que vamos por el mejor de los mundos y que “los fundamentos de nuestra economía” son inmejorables. Valdría ser un poco más realista. No es primera vez que estamos así. Si hay crecimiento es porque nuestros minerales gozan de un ciclo excepcional de precios y porque el crecimiento de China e India apremia por más alimentos que presionan sobre nuestra oferta de productos agrícolas. Si a eso le agregamos un consumo interno basado en tarjetas de crédito y un sector construcción dinámico, fundamentalmente por leyes y supervisión permisiva, todo ello configura un crecimiento económico, que desde mi punto de vista no tiene nada de sólido.
Va a ser muy difícil que lleguemos a ser un país desarrollado con tan poca institucionalidad y cero reformas. Sí, cero. Porque llamar “reformas” a disminuir los días para abrir un negocio o incorporar más burócratas como gerentes del aparato público es un engaña muchachos. Tenemos una economía débil en su base porque tenemos un pésimo sistema educativo, una inexistente institucionalidad, una corrupción que marcha viento en popa y un sistema laboral rígido que nos quita cada día competitividad. Y sobre ninguno de estos temas se está haciendo nada en realidad.
Como no hay prospectiva y en el CEPLAN hay personal improvisado vinculado al Ministro de Economía, no sabemos a dónde ir. No tenemos escenarios apuesta, navegamos sobre el día a día, según el rumbo del viento. Y en ese sentido, sobre el mar de la mediocridad y con piloto automático en el barco, no nos damos cuenta que estamos en medio de la niebla de una de  los peores sistemas educativos del continente. A pesar del esfuerzo de poquísimas universidades, no calificamos en ningún ranking que tenga que ver con las mejores universidades del Mundo. Estamos produciendo profesionales que no están a la altura de las exigencias de una sociedad que exige conocimiento.
En América Latina hay cuatro países que destacan: Brasil, México, Colombia y Chile. Son las cuatro economías más importantes de la región. Según el ranking que analicemos dichos países tienen por lo menos una universidad entre las 500 mejores del Mundo. Si se trata del ranking del Times, dentro de las 400 mejores sólo aparecen tres latinoamericanas: dos brasileñas y una colombiana. Del resto nada, mucho menos nuestro país que ni siquiera coloca una universidad entre las mil mejores universidades del mundo.
Así no vamos a llegar a ninguna parte. Investigar e innovar exige de la tenencia de una masa crítica de talento que hoy no tenemos. Se desprecia la matemática, la física, la química, la biología. Se privilegia el derecho y la psicología. Así, sin dirección ni objetivos, no vamos a llegar a ningún lugar. Al igual que en la época del guano o del caucho, como decía Basadre, estamos viviendo una prosperidad falaz.
Y sin embargo se aplaude la mediocridad en tanto esta sea buena para generar, una vez más, riqueza pasajera de corto plazo.

Juan Sheput 

Artículo publicado hoy en Diario 16


2 comentarios:

Camilo Rai dijo...

de que nos serviria tener un TLC con el parlamento europeo , si no tenemos trabajadores ni empresas competentes.

Camilo Rai dijo...

de que nos serviria tener un TLC con el parlamento europeo si no tenemos trabajadores ni empresas competentes , mucho menos leyes que nos ayuden a asegurar una economia estable en nuestra sociedad.