Cuando leemos una columna como la de Augusto Townsend el día de hoy recordamos que el periodista honesto e imparcial no es una especie en extinción en el Perú de hoy. Augusto nos brinda un editorial impactante, que tiene que ver con la realidad del país y el descuido existente en materia de ciencia y tecnología sin los cuáles, repito sin los cuáles, es imposible llegar al desarrollo.
La columna "Al día" que escribe Augusto Townsend se hace más importante cuando se trata del editor de economía de uno de los diarios más importantes del Perú, El Comercio, y realmente nos complace.
Transcribo a continuación el editorial de hoy de Día_1 el cual suscribimos en su totalidad:
"Con el perdón de ustedes, hoy quisiera compartir mio desilusión sobre el futuro del Perú. El gran debate que debíamos tener sobre la importancia de la ciencia y la tecnología se escapó por la puerta falsa, mejor dicho, mandó a decir que no venía. Como si se tratara de un tema menor, el Gobierno reveló escuetamente que no existirá un ministerio del ramo sino que el Concytec recibirá ahora una fracción de la atención de la Presidencia del Consejo de Ministros.
Me apena esto. Entiendo -y comparto- el argumento que se debe controlar el incremento de la burocracia. Pero hay muchísimas formas de darle importancia a este tema sin generar un desborde en el aparato estatal. Ciertamente, tener un nuevo ministerio no era la única. Honestamente, me hubiera bastado con ver convencimiento entre los líderes gubernamentales, empresariales y académicos de la trascendencia ddel asunto, más allá del empaquetamiento que se le diere.
Pero no lo ví ¿Para qué preocuparse por unos cuantos investigadores ingenuos que pierden el tiempo mientras todos aquí estamos haciendo negocios? Sí, claro, aquellos negocios que nos harán competitivos en el siglo XXI. Disculpen la ironía, pero hay otra muchísimo más grande que nos hace creer que somos, y seguiremos siendo, un milagro económico, a pesar de que no tenemos un ápice de interés por la ciencia y la tecnología. Encuentro en todo esto, además, un cierto desprecio por la labor de los científicos, un prejuicio tan injustificado como peligroso para el futuro del país. Hasta los negocios más primarios (la minería o la agricultura, por ejemplo), dependen del conocimiento científico. Ni qué decir de aquellos que más valor agregan.
La semana pasada escuché al nuevo presidente del CEPLAN en un almuerzo empresarial y la única idea fuerza que me dejó su charla, si se le puede llamar así, es "estamos actualizando el plan". Bien ahí, Perú, el siglo XXI es nuestro."
Magnífico editorial. Si no lo sabe, el presidente del CEPLAN se llama Mariano Paz Soldán, reemplazó a una persona ampliamente conocedora del tema, el académico e investigador Germán Alarco Tossoni ¿Por qué fue cambiado? No lo sé. Pero de lo que no tengo duda alguna es que el Perú perdió, ampliamente.
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