Conga y las probables consecuencias de una apresurada decisión

El mensaje presidencial del último sábado corrobora lo que ya se pensaba: que para el gobierno el Conga va! siempre fue el objetivo del gobierno. Lo que hubo desde la suspensión del proyecto fue un teatro que tuvo entre sus principales actores a los más altos funcionarios del gobierno, incluyendo por supuesto a Ollanta Humala.

Lo del fin de semana ha sido un apresuramiento innecesario. La celeridad de Humala para dirigir un mensaje a la Nación (el tercero según recuerda acertadamente Augusto Álvarez Rodrich) como que transmite la impresión que el gobernante se siente cómodo fungiendo de vocero de la minera.  Lo que ha sucedido en la práctica es que no ha habido un diálogo, este siempre ha sido saboteado. Si no lo cree analicemos los hechos. Cuando el expremier Salomón Lerner dialogaba con los dirigentes cajamarquinos fue saboteado por integrantes del propio gobierno. Humala lo cambió por Oscar Valdés, un individuo sin experiencia que desde un prinicipio demostró una parcialización con el sector minero y un notorio desprecio por las comunidades campesinas. Como es obvio, si Valdés se comporta como lo hace es porque Humala lo permite.

Posteriormente, y luego de varias protestas, dirigentes de Cajamarca enviaron una carta al presidente para reunirse con él.  Valdés respondió indicando que la carta estaba siendo analizada y contradictoriamente,  un día después, Humala indicó que no había recibido ninguna carta. Dos días después, Humala anunció, sin diálogo, que Conga va. Como se ve jamás hubo vocación de diálogo.

Decir que se construirán reservorios para garantizar el agua no es nada nuevo y se insiste en destruir el ciclo del agua y el medio ambiente. Voceros de la minera insisten en destruir las 4 lagunas y señalan que probablemente no se cumplirá con los 10,000 empleos "exigidos" por Humala.

Lo cierto es que Conga nace sin licencia social y en un clima de conflicto. No es un proyecto sostenible y será fuente de conflictos. El mensaje del presidente está dirigido a quiénes ya están convencidos que Conga debe ir, como señala AAR, se niega al diálogo y transmite una sensación que el gobierno está plenamente identificado con el proyecto minero como indica Enrique Castillo. Ello es peligroso y podría generar graves problemas de gobernabilidad.

De seguir así no tengo la menor duda que en pocos meses el país podría estar convirtiéndose en ingobernable. Cerrar filas con el sector más voraz del empresariado no conduce al desarrollo. Nos convierte simplemente en un país con autoridades sumisas, parcializadas que traicionan con facilidad sus ofrecimientos de campaña.
Finalemente algo debe quedar completamente claro. Luego de siete meses de disputas, agresiones, reclamos y negociaciones, la impericia e incapacidad del gobierno de Humala nos ha puesto de nuevo a fojas cero. La situación actual en Cajamarca es igual que en Diciembre: el Gobierno y Yanacocha dicen que Conga va y el pueblo y los campesinos que no va. Y todo este problema es generado por la impericia permanente para gobernar de Ollanta Humala y su entorno.