El presidente Ollanta Humala ha dado un discurso en Ayacucho en ocasión del aniversario 187 de la Batalla de Ayacucho y del aniversario del Ejército. Más allá de las remembranzas históricas hay algunos puntos del discurso presidencial que deben tomarse en cuenta.
En primer lugar el triunfo de Ayacucho, por parte de los ejércitos de América Latina, significa la consolidación de la República y la subordinación de las Fuerzas Armadas al poder constitucional. En ese sentido los soldados no son personas distintas sino ciudadanos que pertenecen a la República con una misión constitucional: defender el territorio. No hay distingos ni diferencias, de ninguna clase.
Las Fuerzas Armadas están subordinadas al Poder Constitucional. El presidente ha dicho que el servicio militar voluntario ha fracasado. No sé cuáles serán sus indicadores. Ha indicado que se debe revisar el voto del personal militar, por que "si votan también tienen derecho a recibir visitas de políticos". Esta es, en los hechos, una invocación a una modificación constitucional. Como se sabe, en el 2005 los militares obtuvieron el derecho al voto, con lo cual se buscó reforzar sus vínculos con la sociedad al participar de la elección de aquellos que iban a ser nuestros gobernantes. Según Humala la tarea del soldado es superior porque está por encima de la discusión de coyuntura política. No entiendo que pretende decir el presidente, si por mandato constitucional las FFAA no son deliberativas. En otra parte del discurso dice el presidente que el único objetivo del soldado es defender la tierra. Pide una discusión de este tema en los espacios que corresponda y eso nos parece correcto. Lo que no nos parece correcto es la distinción que pretende hacer el presidente, entre guardianes de la tierra y demás ciudadanos.
Considero que el presidente tiene una lógica propia de lo que se conoce como los oficiales subalternos de las Fuerzas Armadas. Son aquellos que sólo tienen mando de tropa, no han delegado funciones y que llegan a comandante. Dicho esto, con todo respeto, la lógica de nuestros oficiales va cambiando conforme ascienden y llegan, por ejemplo, al Centro de Altos Estudios Nacionales CAEN. Allí su visión de país es distinta, desaprenden y se vuelven más integracionistas.
Pueden ver el discurso del presidente a continuación:
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