Como dice El Comercio en su editorial de hoy, hay que mirarse en el espejo de México, pero desde mi punto de vista no sólo desde la perspectiva del narcotráfico sino también de la extorsión.
Según Leo Zuckermann, el crimen que más ha crecido en México es el de la extorsión, lo cual es muy grave en una economía que está entre las 15 más grandes del Mundo. El crimen organizado, aquel que busca minimizar sus gastos para maximizar sus beneficios, busca en el escándalo y el terror los mecanismos publicitarios para que el delito funcione, por temor básicamente. Y en ese estilo se inscribe la muerte de 53 personas en el Casino Royale, en Monterrey, México, en que unos sicarios, a vista y paciencia de las cámaras (esas mismas en las que aquí en Perú ponemos nuestra fe) grabadoras se bajaron de camionetas y en menos de 3 minutos incendiaron el lugar, con los resultados de desmoralización y terror ya conocidos.
En el Perú se mencionan ya estadísticas sobvre extorsión en ciudades principales. Se dice que en Chiclayo y Trujillo el 60 y 80% de los taxistas estarían siendo extorsionados. En Trujillo una gran cantidad de comerciantes sufre del mismo delito, pero se niegan a declarar o quejarse por temor a perder la vida. Y en tanto aquí seguimos asistiendo indiferentes a un tipo de delito que en conjunto con el narcotráfico cada día crece más y más.
1 comentario:
En Lima tambien se está empleando un medio delincuencial que podría denominarse extorsión, te roban el vehículo y luego te piden una suma de dinero para devolverlo.
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