El dirigente aymara Walter Aduviri podrá caminar tranquilo por las calles de Lima. La Corte Superior de Puno reconoció que el comunero no fue notificado adecuadamente, por lo cual queda sin efecto la orden de detención que se había impartido contra Aduviri, por los desmanes cometidos en Puno por el paro antiminero.
Conversando con juristas de clara vocación democrática, me decían que Aduviri debía haber sido detenido de todas maneras. La verdad, es que yo pienso que el caso, fue en exceso politizado. Sin embargo, al margen de los que deseaban la detención y los que no, lo cierto es que se acabó esa especie de Deja Vu medieval al que nos tiene acostumbrado Alan García. Expliquemos por qué.
Ya no importa si la policía lo pudo detener en la calle o no. Al final no lo pudo detener en un canal de televisión. ¿Qué no había orden para detenerlo en un ambiente privado? Pues me aseguran que sí se podría haber hecho ¿por qué no se hizo entonces? ¿una oportuna cortina de humo? ¿un afán de distracción? ¿incompetencia judicial y policial? No lo sabemos. Pero la figura de Panamericana Televisión como refugio nos recordaba al papel que tenían los templos en la Edad Media, de lugares de asilo inaccesibles, territorios liberados, a los cuales podía llegar cualquiera en busca de asilo y refugio.
En fin. Con Alan García padecimos de peste bubónica y de este reencuentro con lo medieval.
No hay comentarios:
Publicar un comentario