En plena temporada alta de turismo, el Cusco vive momentos dramáticos. Diversas comunidades que protestan por la solución de sus problemas amenazan con boicotear los actos de celebración de la Fiesta del Inti Raymi, la principal del año en el calendario turístico del Cusco.
Los sucesos de protesta se ven agravados por el inmovilismo del gobierno. No me refiero a una intervención de la Policía Nacional del Perú, que se encuentra desmoralizada al tener como abrigo político a una Ministra que no asume su responsabilidad como Mercedes Cabanillas, sino a la incapacidad para el diálogo que tiene este gabinete. El problema es con el turismo y no viaja a dialogar la ministra Mercedes Aráoz. También hay problemas con la ley de aguas y no viaja el ministro de agricultura. Se reclama una carretera y el ministro Cornejo, de Transportes, inspecciona por enésima vez la Costa Verde. Se anuncia un sabotaje contra el Inti Raymi el 24 de junio y el gobierno plantea dialogar recién el 25 de junio. ¿Hay o no hay incapacidad para gobernar?.
En diversas oportunidades he mencionado que el doctor Alan García y su partido no tienen las capacidades necesarias para gobernar al Perú. Su autoritarismo esconde graves fisuras en términos de capacidad y debilidad. Los hechos actuales así lo demuestran.
Se requiere un refresco en el gabinete. No se necesitan a lobbistas al frente de las carteras ministeriales ni funcionarios que quieran cambiar la realidad a punta de desayunos con periodistas. Se requiere de ministros que generen respeto y credibilidad, algo que han perdido la mayoría de ministros del gabinete de Yehude Simon.
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