¿Se imagina usted a una costurera despedida del sector textil ser contratada por el sector construcción? ¿Difícil no? pero más o menos eso es lo que dice que está sucediendo el ministro de economía Luis Carranza respecto a la recesión económica que padece el país y a la forma como los despidos en un sector son absorbidos por otro, en este caso construcción.
En declaraciones a la prensa luego de un desayuno con el presidente García, Carranza dijo que no estamos en recesión, que creceremos de todas maneras a un ritmo de 3,5% para este año y que en el segundo semestre se verá el rebote.
Es increíble como un economista profesional puede transmitir tantos datos alejados de la realidad.
Las proyecciones de crecimiento del PIB para este año en el mejor de los casos serían de 1% (no se descarta un decrecimiento), la pérdida de empleo sólo en el sector manufactura es de 200,000 personas, las remesas económicas se han caído, las exportaciones e importaciones también, la tributación está descendiendo rápidamente, la morosidad bancaria aumentando y el gasto público, el famoso gasto público la única bala del gobierno, no está cumpliendo con su finalidad por inoperancia o incapacidad.
El problema de querer transmitir optimismo es que los sectores menos informados creen y luego se enfrentan a una terrible realidad. Eso es cruel. Por otro lado desde el gobierno, terminan por autoengañarse. En ambos casos las consecuncias son funestas.
Pero no sólo en la economía estamos mal. También en los indicadores de eficiencia. Como tenemos a la ministra Mercedes Aráoz con la lógica simplista de firmar un TLC por mes, se ha abandonado la agenda interna y hemos caído en los índices de hacer negocios, competitividad e institucionalidad. Todo ello responsabilidad de la ministra de comercio, gran promotora de votos por internet para concursos de ong´s.
Las declaraciones de Carranza se inscriben en la lógica de un gabinete que ya no tiene credibilidad. Se insiste en estas declaraciones para incentivar el consumo interno. Pero el mercado local tiene serios límites. Con menos exportaciones, menos inversiones y mayor gasto, el horizonte no es nada prometedor.
1 comentario:
Para "El Puma" no hay recesión, pero sí hay faenón.
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