El presidente Lula es, como dicen los cariocas, adorado en Brasil. Algunos lo llaman el Huracán Lula. Tiene un éxito sin precedentes en la historia repúblicana del gran país de América del Sur. Sin embargo pocos saben que Lula trabajó desde muy pequeño. No pudo completar sus estudios básicos, quedándose en la primaria. Tiene problemas con su escritura, sin llegar a ser ágrafo. Pero tiene las ideas muy claras.
Un amigo prospectivista ecuatoriano que estudia en la Fundación Getulio Vargas, me contaba la gran predisposición que tiene Lula para rodearse de los mejores técnicos. Pregunta y pregunta hasta quedarse convencido. No es para nada soberbio. Y demuestra, a lo grande, que para practicar la Gran Política no se necesita de pergaminos académicos.
La oposición se ha rendido a Lula en Brasil. Sus programas sociales son muy exitosos pues se basan en una cobertura imparcial sin la práctica del clientelismo. El partido de su rival Fernando Henrique Cardoso ha alabado pública y notoriamente al programa Bolsa Familia. Por otra parte Lula está convencido de la importancia de la investigación y desarrollo y no tiene ataduras con ningún grupo de interés económico.
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1 comentario:
Podemos compartir una inmensa frontera con el coloso, pero lo que no compartimos para nada es ese desprendimiento de los políticos brasileños para continuar todo lo que deja pendiente un presidente al final de su periodo.
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