En pocas horas empezará la lectura del veredicto que dictará la sentencia a Alberto Fujimori. Las especulaciones van en un sentido y otro. Los fujimoristas, sobreactuados y con muchos recursos, han empezado de nuevo una campaña de medios que nos busque convencer que Fujimori es inocente y que el juicio es político por tanto el ciudadano japonés debe ser absuelto.
Los familiares juegan otro partido. Quieren que se condene al autor intelectual de los asesinatos de sus seres queridos. Los otros se autoengañan pensando que Fujimori no sabía nada, que era inocente y que Montesinos lo engañó sistemáticamente.
Se espera una sanción justa y a estar alertas que la gran batalla se dará a partir de la apelación.
2 comentarios:
Fujimori fue la cabeza de una organización criminal, quien con el pretexto de combatir la violencia terrorista, no dudó en poner a este aparato al frente de su estrategia de guerra sucia.
En que consistió esto, en la política del “todo vale” con tal de combatir el terrorismo y que él llamaba: “Pragmatismo”.
Dentro de esta estrategia, no dudó en aliarse con el narcotráfico para financiar la guerra en el Alto Huallaga, para esto no le importó sacrificar la carrera de muchos oficiales de las Fuerzas Armadas, a quienes les dio carta libre para dejar actuar a los narcotraficantes a cambio de los cupos que cobraban y que sirvió de gancho para que vayan a las zonas de emergencia.
A estos oficiales, luego, cuando ya no fueron útiles, los obligó a pasar a retiro a cambio de ciertos beneficios como pensiones, ascensos a grados superiores, entre otras gollerías, para lo cual expidió un decreto clandestino que hasta hoy tiene vigencia y que nadie ha investigado. Es más, en caso no accedieran a esto, les abrían procesos de lo más absurdos con lo que los coaccionaban.
Esto, dentro de su estrategia bien planificada, le sirvió para cortar la cadena de financiamiento de los terroristas con dinero del narcotráfico, un ejemplo claro es el de “Vaticano”, un pez gordo que le entregaba dinero directamente a Montesinos y quien admitió en mil idiomas que era un “narcotraficante y no un terrorista” y por eso exigió que no lo procesen por terrorismo.
Todo lo que pasó en esa zona, es de lo más terrible que uno se puede imaginar, era una tierra en donde la vida no valía nada.
De todos estos crímenes, se ha podido identificar solo algunos casos como de los estudiantes de la Cantuta, de la matanza de Barrios Altos, de los estudiantes de la Universidad del Centro, de los campesinos del Santa, de la muerte del periodista Morales, de la ex alcaldesa de Huamanga Leonor Zamora y algunos otros más.
Estos crímenes se enmarcan dentro de la estrategia de Guerra Sucia, algo parecido a lo que hoy hace el estado de Israel en la Franja de Gaza, o ayer, en los Genocidios en Bosnia, Argentina, Guatemala, Chile, entre otros.
De todos los crímenes que cometió la organización criminal liderada por Fujimori, solamente se le ha podido procesar por los casos de la Cantuta y Barrios Altos.
Durante el proceso de juzgamiento, se ha logrado reconstruir estos dos casos gracias a investigaciones de un sector de la prensa independiente, a la persistencia de sus familiares, a las organizaciones de Derechos Humanos y el aporte de gente valiente como el General Robles.
Estos crímenes están probados y comprobados, hoy podemos comprender como toda su organización criminal trabajó para dejar esto en la impunidad, donde participaron desde el Congreso de la República, el Poder Judicial, el Ministerio Público, las Fuerzas Armadas, los empresarios, la Prensa, entre otros.
Todo el aparato fujimorista, pretendió en buena parte de la década de los 90 ocultar primero, negar que el hecho se dio y luego exculparse, llegando al absurdo de decir que los estudiantes y el profesor de la Cantuta se “autosecuestraron” para incorporarse a Sendero Luminoso.
También dieron la Ley de Amnistía e inclusive en el 2000, cuando ya el gobierno de Fujimori se tambaleaba, pretendieron dar una Ley que eximía de responsabilidad a todos los militares comprometidos en violaciones de los Derechos Humanos pero que por intervención oportuna de la oposición en ese momento no prosperó.
También, sacaron los tanques a las calles para impedir las investigaciones, pisotearon los fueros del Poder Judicial para pasarlos al Consejo de Justicia Militar con el fin que no se haga nada.
Todos estos hechos están por demás probados, durante el proceso hemos escuchado y visto la exposición de los involucrados y testigos de ambas partes; hoy en día nadie puede negar que esto ocurrió, hasta Fujimori ha dicho “que lamenta en el alma (como si lo tuviera) todas estas muertes” y que le hayan boicoteado su estrategia antisubversiva exitosa.
Por qué durante todo el proceso y en su alegato final, no denunció con nombres y apellidos a los que cometieron los crímenes, por qué no mencionó a Montesinos o al grupo Colina como los autores y todo lo que él hizo para castigarlos. No hacerlo significó la complicidad que tuvo en el crimen y aún tiene con todos ellos.
Pero hay algo más, ellos ya admitieron que estos hechos sucedieron, la omisión no fue porque Fujimori haya ignorado o desconocido de estos crímenes, sino que se dio como un hecho milimétricamente planificado y en el que como cabeza de una organización criminal ordenó a su organización para primero ejecutarlo y luego ocultarlo.
Entonces, como explicarnos el coro monocorde que los fujimoristas pronuncian al unísono desde capitán a paje “que no hay pruebas que lo condenen” y repiten y repiten con la certeza de que el “miente y miente que algo queda” surtirá efecto en la población, sin embargo esto no ocurrirá.
El “cinismo”, que es el argumento-consigna de toda esta gente, es la base de la estructura de su ideología.
El 2000 si no lo recuerdan para justificar la re-reelección fue hacer correr la voz que “no hay otro”, por eso Fujimori debería quedarse 5 años más mientras sus esbirros se dedicaban a demoler a todos sus contrincantes.
Hoy, martes 7 de abril de 2009, día que se dicta la sentencia a Fujimori, esperemos que los jueces estén a la altura de las circunstancias y puedan pasar a la historia y que crímenes de esta naturaleza nunca más se vuelvan a repetir en ninguna parte del mundo o si ocurren, recibirán el castigo que les corresponde.
Y para el Perú, que aprenda la lección, que no vuelva a dejarse embaucar por delincuentes avezados disfrazados de políticos, que lo único que buscan es empobrecerlos mental y económicamente.
Debemos apelar a la reserva moral que todavía hay en el Perú para que no se vuelva a caer en el hoyo, esta oportunidad difícilmente se volverá a repetir.
FRANCISCO L.
Como lector del blog y con el permiso del autor estimado Francisco, le extiendo mi más sincera felicitación, aportes como el suyo son oportunos y necesarios.
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