jueves, 23 de abril de 2009

Caos en el Transporte: Sólo Paliativos

En este blog nos pronunciamos sobre que el Plan Tolerancia Cero no iba a servir para nada. El tiempo nos dio la razón. Ahora, con mentalidad punitiva y de simplismo de abogado (con el respeto a las excepciones del caso), se plantea multas y penas de cárcel para los choferes. Como es obvio la medida generará titulares y emocionadas adherencias, pero será nuevamente un paliativo o una simple medida aislada que no solucionará el problema.
Los accidentes de tránsito y el caos en nuestras pistas es un asunto complejo. Requiere de medidas en paralelo en diversos sistemas que en conjunto dan forma a un sistema complejo, el de Transporte.
¿Qué sistemas deben ser enfrenrados? Pues el de la Policía (donde hay un policía en lugar de un semáforo hay un caos), el de las municipalidades, el de las obras públicas, el de reparación de vías, señalización, marco legal , el papel del Ministerio de Transportes y sus organismos, el de la educación ciudadana, el de los mismos transportistas, el de las soluciones colectivas (metro, subterráneo), etcétera, etcétera.
El Alcalde de Lima, preocupado de otros menesteres junto a su Teniente Alcalde Marco Parra, no tiene tiempo ni coraje para enfrentar esta problemática en su conjunto. Las medidas aisladas sólo generan más desorden. Lo lamentable es que no hay autoridades y, es triste afirmarlo, mucho menos capacidad.

2 comentarios:

Luis Enrique Alvizuri dijo...

Señor Sheput:

Usted, como todos los peruanos, sabe que somos el país de "las leyes". Claro, es muchísimo más fácil dar una norma que cambiar el comportamiento del ser humano.

Quizá usted como yo recordará de cuando éramos niños cómo la prensa de aquella época levantada con algarabía las "nuevas leyes" que prohibían cosas como, por ejemplo, arrojar papeles a la calle o hacer bulla con altoparlantes y el claxon. Por supuesto, bajo severas penas que serían ejecutadas en el acto.

Le estoy hablando de cuando era una criatura y muy poco me interesaba la política, sin embargo era comentario público y uno no podía dejar de escucharlo.

Hacer la lista de las innumerables leyes que prohíben esto y lo otro en el Perú sería tan largo como las mil y una noches. Lo irrisorio, y de ahí mi comentario, es que en eso se quedó siempre todo: en ley.

¿Y quiénes las tenían que hacer cumplir? Pues los mismos de siempre y con el mismo sueldo: la policía. Me pregunto, señor Sheput, ¿nos hemos puesto a pensar en cuántas leyes y disposiciones debe saber un policía común para aplicar la justicia?

Si ya en 1960 la carga legal que debía hacer respetar era enorme, ¿cómo será ahora? Imagínese: tiene que verificar desde el ruido callejero hasta la alcoholimetría del tránsito. Y todo esto, por supuesto, con el mismo sueldo y el mismo uniforme (y el mismo maltrato de parte de sus superiores y del público).

¡Qué fácil es arreglar el Perú desde el marco legal del Congreso y del Ejecutivo! Y lo peor, cuando vemos cómo se comportan quienes son los que deben dar el ejemplo, lo único que vemos es que hacen todo lo contrario: son ellos, los dadores de las leyes, los primeros en exonerarse puesto que se consideran "exceptuados por su cargo y su poder económico".

Así que no puedo sentir otra cosa que pena al tiempo que sorna ante esta historia de mi pasado infantil que se repite como fórmula ganadora no se sabe de qué.

La norma, eso sí, que no se deja de cumplir es: "nunca ataques las causas del problema; soluciona solo las consecuencias".

Ejemplo de ello lo tenemos en el VRAE, donde todos sabemos que el problema único y real es el narcotráfico, pero para el gobierno lo es el "terrorismo". Buena manera de derivar el asunto hacia un terreno más cómodo para eludir el más difícil.

Y también ocurre lo mismo en el tránsito, donde todo se carga sobre los hombros del pobre chofer, como el culpable de todo, para soslayar el tema de fondo que es: la libelarización de las leyes laborales que permiten contratar gente en las peores condiciones y bajo amenaza, sin ninguna defensa legal (y eso usted lo sabe mejor que nadie porque ejerció el cargo de Trabajo).

Toda la corrupción en el transporte empieza por el hecho de la flexibilización legal que convierte a las empresas en "salvadoras de la patria" a costa de la explotación humana. ¿Por qué lo digo? Se lo explico.

Si una empresa considera a sus trabajadores poco más que individuos circunstanciales que no tienen ningún derecho, esa misma lógica se traslada al pasajero, quien menos aún tiene facultad a reclamar nada. ¿Me he dejado entender? Si se ha rebajado la condición de quienes trabajan para ti, en peor situación se encuentran quienes acuden a ti por necesidad (Wong es el mejor ejemplo de la norma de "así como tratas a tu gente tratas a tus clientes").

Quiero decir, entonces, que el problema del transporte peruano se agudizó mucho más con la implantación del modelo Neoliberal en el Perú, pues permitió el menosprecio de la vida humana, y eso se trasladó hacia el pasajero.

¿Se acuerda usted cuando existía el transporte estatal de los famosos Büssing? No recogían ni dejaban a nadie en otro lugar que no fueran los paraderos. No era perfecto pero funcionaba mil veces mejor que el actual sistema. ¿Se puede evaluar eso con imparcialidad y justicia?

Muchas gracias.

Anónimo dijo...

JUAN: EL PROBLEMA SE RESUME MUY BIEN EN LA ULTIMA FRASE DE SU COMENTARIO: LA FALTA DE AUTORIDAD Y LA INCONPETENCIA DE ESTAS, DISTRAIDAS QUIZÁ EN TENER QUE ATENDER FAENONES. CUANDO LA AUTORIDAD EJERZA SU ROL TODOS TENDREMOS QUE CUMPLIR LAS LEYES Y REGLAMENTOS DE TRÁNSITO HASTA EN LOS MINIMOS DETALLES COMO RESPETAR LINEAS Y CRUCEROS, PERO ¿CUANDO SEÑALIZARÁ Y SEMAFORIZARÁ LA CIUDAD EL SEÑOR ALCALDE SIQUIERA PARA SABER QUE RESPETAR? CREO QUE LAS CÁMARAS DE VIDEO IMPLANTADAS EN SAN BORJA SON TAMBIÉN UNA BUENA MEDIDA PREVENTIVA Y PARA EJECUTAR SANCIONES, COMPLEMENTARIAS A LAS MENCIONADAS EN SU COMENTARIO, PERO LAS IMPLEMENTARÁ EL ALCALDE DE LIMA SI NO HA SIDO IDEA SUYA??.
JORGE