En nuestro país, en lugar de aprender de los errores para no repetirlos, suelen utilizarse como justificación para persistir en ellos. Sucede permanentemente en el Congreso de la República, donde los antecedentes de equívocos del pasado son justificativos de decisiones del presente y en el Poder Ejecutivo, donde se actúa así según convenga o no.
El Presidente Alan García acaba de proponer como candidato a Contralor al señor Edmundo Beteta, persona muy ligada al gobierno actual y en específico al ministro Luis Carranza. El argumento de apoyo a esta proposición viene -cómo no- de periodistas afines y políticos que utilizan como argumento que el anterior Contralor también estuvo ligado al Presidente Toledo pues trabajó con él en ESAN. Aunque la comparación no es exacta, se actúa amparándose en actos confusos o erróneos del pasado, para justificar lo vigente. "Como él lo hizo yo también" sería un poco la lógica de estos señores.
Institucionalizamos el error, así como está institucionalizada la corrupción.
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