martes, 22 de julio de 2008

Javier Velásquez, Carlos Torres Caro y Gustavo Espinoza

Es cierto que Carlos Torres Caro y Gustavo Espinoza son dos congresistas tránsfugas que llegaron al parlamento gracias al humalismo.
Pero también es cierto que ambos ganaron notoriedad gracias al aprismo.
Eran socios, aliados, o, por lo menos congresistas funcionales al oficialismo.
Desde el día que Carlos Torres Caro abandonó al partido de Ollanta Humala, el APRA, en bloque lo blindó. Aún más, se especuló con que el señor Torres Caro iba a ser Ministro de Justicia de Alan García. Se equivocó en sus cálculos, el APRA simplemente lo utilizó.
El año pasado, conociendo todos estos antecedentes, el señor Luis Gonzáles Posada llevó, como aliado, a Carlos Torres Caro a la Vice presidencia del Legislativo. Era pues su hombre de confianza.
El caso de Gustavo Espinoza es similar.
Fue el señor Javier Velásquez Quesquén quien coordinó con Gustavo Espinoza antes que este último saliera a proferir disparates contra el ex presidente Alejandro Toledo.
Hay una correlación entre los ataques de Espinoza y la visita que recibe de connotados apristas.
Por tanto este es un lío de muy bajo nivel, y es un lío del oficialismo y del gobiernismo. De ese grupo de congresistas que han priorizado sus intereses pequeños y que buscan llegar al Congreso para desnaturalizarlo.
Si el vídeo que hemos visto el domingo y el audio que hemos escuchado se hubieran transmitido en cualquier país vecino, por lo menos estos dos congresistas habrían sido desaforados y el ciudadano argentino detenido. Pero nada de esto pasa. La Fiscalía se niega a actuar de oficio cuando el caso lo amerita. Llevarlo a la Comisión de Ética es un acto simbólico pero completamente ineficaz.
A estos niveles llega la política en tiempos del segundo alanismo. La desfiguran tal y como lo hicieron en su primer gobierno. Ellos, y sus actitudes, permitieron que Fujimori etiquetara como político tradicional a todo aquel que sea corrupto, mentiroso y demagogo, manchando el importante nombre de la política.
Por otra parte quisiéramos hacernos algunas preguntas:
¿Por qué el silencio de muchos congresistas sobre este tema? ¿Alguno siente que podría haber sido grabado?
¿10,000 dólares para una cita con el presidente García, y este, tan locuaz, no se indigna? Cualquiera pensaría que no quiere alborotar el gallinero.
¿El ciudadano argentino logró entrevistarse en Palacio si o no? ¿Qué dice el secretario general de Palacio, Luis Nava Guibert?
¿Por qué los medios, algunos usualmente serios como Perú 21, siendo el tema tan grave, nos intentan distraer con un asunto penoso y personal como el de la familia Tudela?
Son algunas preguntas que nos hacemos en estos días en que se ha hecho una costumbre plantearse las cosas a medias.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Los culpables son los partidos políticos que nos llevan este tipo de gentusa al Congreso. Este Congreso no da para más.

GUSTAVO ESPINOZA SOTO dijo...

"Los Caviares son ingratos y mal agradecidos" Martín Tanaka, "Sobre los últimos nombramientos", Perú 21, pp. 6, 12 de agosto 2008.
http://peru21.pe/impresa/noticia/sobre-ultimos-nombramientos/2008-08-12/221633

Perú 21 nos ha recordado el día de ayer y el día de hoy a través de dos artículos lo caradura que son los caviares 1). de Álvarez Rodrich recordándonos lo joyita que fue Henry Peashe, y 2). hoy Martín Tanaka, artículo "Sobre los últimos nombramientos" con un comentario sobre los caviares que resume tal como son los caviares: "Los Caviares son ingratos y mal agradecidos"; que dirán ahora Cecilia Blondet, Susana Villarán, Percy Medina, Gino Costa, Pedro Francke, Gloria Helfer, Ricardo Letts – disfrazado de lobito feroz- Gustavo E. Montesinos, Nadine Heredia, etc., etc., etc., y hasta el mismo Henry Peashe. No se necesita más comentarios sobre esta frase, ella resume magistralmente y de lejos la caradura de los caviares.


Atentamente,




Gustavo Espinoza Soto
Congresista de la República
http://gustavoespinozasoto.blogspot.com/

Publicado por GUSTAVO ESPINOZA SOTO en 12:00 0 comentarios
lunes 11 de agosto de 2008
Perú 21 le dijo su verdad a Henry Peashe

La Vaca no se acuerda cuando fue Ternera

Hoy el editorial de Perú 21, se lo dedicó de nuevo al Congreso de la República, con un editorial titulado: "Congreso zamaqueado"*, dando más argumentos de por que este Congreso debe ser cerrado para el bien del país entero y esa plata deba dedicarse a financiar la educación de niños como los hermanos Cory, pero entre todo lo que se dice hay algo que la honestidad de Álvarez Rodrich no podía dejar de lado, que este Congreso fue tan peor como el que pasó - yo agregaría que como todos los de la historia republicana-, y que el señorito caviar Henry Peashe ya se olvido que antes defendía lo que ahora acusa con su dedito meñique, en el pasado chacanista de Henry Peashe esta su defensa cerrada a la Ética del Otoronguismo y su total impunidad. Incluso Álvarez Rodrich cuenta como Peashe llego a agraviarlo por las críticas que le hizo. Como ven la vaca de Peashe no se acordó cuando fue ternera. Pero hay algo más, más allá de la hipocresía intelectual de Peashe, y es que la crisis del Congreso es de vieja data: y es que en ella hay una institucionalidad de inmoralidad; una institución con sus sus códigos implícitos y explícitos; sus reglas escritas y no escritas, que responden a los arreglos bajo la mesa; al toma y daca; al primero yo, segundo yo, tercero yo, y luego el Perú; y este es un fenómeno que se repite en todas los grupos que tienen que ver con la política peruana: ¿Por qué creen tanto salto cuando grabe a un congresista diciendo la famosa frase: “primero nosotros, luego el Perú”? acaso ello era una novedad o era ya algo bien sabido por la población; lo que pasa es que violé un código de conducta – no un código ético- de que los congresistas no pueden mostrar al público en general la verdadero moral del Congreso, que no se puede desnudar al Congreso - y congresistas- públicamente, y es que el Congreso es una institución, independientemente de ellos mismos como personas; por que un mal congresista como el señalado, puede ser un buen padre de familia, un buen esposo, un buen vecino, pero nunca será un buen congresista por que al ser parte de la institución llamada Congreso, cae y es atrapado en una red de conductas y de códigos del cual nunca puede salir, es como la película “el señor de los anillos”, donde el tener el anillo te daba un poder y ese poder te transformaba independiente de la persona buena que eras. Es por eso que ahora Henry Peashe critica al Congreso y su poder del cual antes fue parte; pero a la vez añora volver a tenerlo, como bien lo dice Álvarez Rodrich, y añora y desea de nuevo tener ese anillo puesto en el dedo meñique de su mano.

Atentamente,

Gustavo Espinoza Soto
Congresista de la República

GUSTAVO ESPINOZA SOTO dijo...

"Los Caviares son ingratos y mal agradecidos" Martín Tanaka, "Sobre los últimos nombramientos", Perú 21, pp. 6, 12 de agosto 2008.
http://peru21.pe/impresa/noticia/sobre-ultimos-nombramientos/2008-08-12/221633

Perú 21 nos ha recordado el día de ayer y el día de hoy a través de dos artículos lo caradura que son los caviares 1). de Álvarez Rodrich recordándonos lo joyita que fue Henry Peashe, y 2). hoy Martín Tanaka, artículo "Sobre los últimos nombramientos" con un comentario sobre los caviares que resume tal como son los caviares: "Los Caviares son ingratos y mal agradecidos"; que dirán ahora Cecilia Blondet, Susana Villarán, Percy Medina, Gino Costa, Pedro Francke, Gloria Helfer, Ricardo Letts – disfrazado de lobito feroz- Gustavo E. Montesinos, Nadine Heredia, etc., etc., etc., y hasta el mismo Henry Peashe. No se necesita más comentarios sobre esta frase, ella resume magistralmente y de lejos la caradura de los caviares.


Atentamente,




Gustavo Espinoza Soto
Congresista de la República
http://gustavoespinozasoto.blogspot.com/

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lunes 11 de agosto de 2008
Perú 21 le dijo su verdad a Henry Peashe

La Vaca no se acuerda cuando fue Ternera

Hoy el editorial de Perú 21, se lo dedicó de nuevo al Congreso de la República, con un editorial titulado: "Congreso zamaqueado"*, dando más argumentos de por que este Congreso debe ser cerrado para el bien del país entero y esa plata deba dedicarse a financiar la educación de niños como los hermanos Cory, pero entre todo lo que se dice hay algo que la honestidad de Álvarez Rodrich no podía dejar de lado, que este Congreso fue tan peor como el que pasó - yo agregaría que como todos los de la historia republicana-, y que el señorito caviar Henry Peashe ya se olvido que antes defendía lo que ahora acusa con su dedito meñique, en el pasado chacanista de Henry Peashe esta su defensa cerrada a la Ética del Otoronguismo y su total impunidad. Incluso Álvarez Rodrich cuenta como Peashe llego a agraviarlo por las críticas que le hizo. Como ven la vaca de Peashe no se acordó cuando fue ternera. Pero hay algo más, más allá de la hipocresía intelectual de Peashe, y es que la crisis del Congreso es de vieja data: y es que en ella hay una institucionalidad de inmoralidad; una institución con sus sus códigos implícitos y explícitos; sus reglas escritas y no escritas, que responden a los arreglos bajo la mesa; al toma y daca; al primero yo, segundo yo, tercero yo, y luego el Perú; y este es un fenómeno que se repite en todas los grupos que tienen que ver con la política peruana: ¿Por qué creen tanto salto cuando grabe a un congresista diciendo la famosa frase: “primero nosotros, luego el Perú”? acaso ello era una novedad o era ya algo bien sabido por la población; lo que pasa es que violé un código de conducta – no un código ético- de que los congresistas no pueden mostrar al público en general la verdadero moral del Congreso, que no se puede desnudar al Congreso - y congresistas- públicamente, y es que el Congreso es una institución, independientemente de ellos mismos como personas; por que un mal congresista como el señalado, puede ser un buen padre de familia, un buen esposo, un buen vecino, pero nunca será un buen congresista por que al ser parte de la institución llamada Congreso, cae y es atrapado en una red de conductas y de códigos del cual nunca puede salir, es como la película “el señor de los anillos”, donde el tener el anillo te daba un poder y ese poder te transformaba independiente de la persona buena que eras. Es por eso que ahora Henry Peashe critica al Congreso y su poder del cual antes fue parte; pero a la vez añora volver a tenerlo, como bien lo dice Álvarez Rodrich, y añora y desea de nuevo tener ese anillo puesto en el dedo meñique de su mano.

Atentamente,

Gustavo Espinoza Soto
Congresista de la República