Un funcionario con pies de mermelada

Rómulo Pizarro es, que duda cabe, un funcionario cortado a la medida de lo que necesita este gobierno. Está en la justa dimensión de, por ejemplo, el ex ministro de salud Carlos Vallejos, o de los actuales Hernán Garrido Lecca, José Antonio Chang o de los socios gobiernistas Luis Castañeda Lossio o Alex Kouri.
Todos ellos gozan del aprecio de una mayoría de la prensa que no los critica pues de por medio hay muchas, miles, de buenas razones. Son funcionarios que han construído su prestigio a mucho "costo", claro que sí. En síntesis, son funcionarios que no tienen pies de barro sino algo mucho peor: pies de mermelada.
Cuando el prestigio se construye con la complicidad de una prensa sin ética, se oculta el error, se mete debajo de la alfombra la corruptela y se vende a la opinión pública el mejor de los mundos. Pasan así "piola" compras de vacunas, refacciones que nunca se hacen, licitaciones direccionadas, ventas de inmuebles, copamientos partidarios y otras perlas. Las poblaciones mareadas por la desinformación y el publicherry, creen, al contrario, que viven en el mejor de los mundos, y simplemente no es así.
Gran parte de los problemas de nuestro país se deben a este fenómeno que no nació con el fujimorato pero que se perfeccionó durante dicho régimen y que causa mucho daño a la administración pública: la corrupción envuelta en mantos de mermelada, esa "institución" mediática que por medio de cofradías da blindaje a quién puede, a quien tiene como pagarlo.
Fue el presidente Uribe quien dijo que la corrupción tiene una dimensión pública y otra en el sector privado, empresarial. Habría que agregar lo mediático, que se cubre con la etiqueta del "manejo de imagen".
Por eso no me sorprende que alguien con la catadura ética de Rómulo Pizarro esté voceado como Ministro del Interior. A pesar de lo que hizo cuando pasó por ese despacho durante la gestión anterior y lo que ha hecho durante su actual gestión en Devida como documentadamante ha denunciado Herbert Mujica.
No me sorprende. Los individuos con pies de mermelada suelen ser "exitosos" en nuestro país.