En defensa de la playa Las Sombrillas en Barranco

 

Desde hace 35 años pareciera que Barranco tiene muy mala suerte con los alcaldes. Desde fines del siglo pasado se ha ido desapareciendo la maravillosa y bella arquitectura paisajística reemplazadas por una falsa modernidad. Desde la destrucción adrede de la Laguna de Barranco (ubicada al inicio por la zona norte del distrito) hasta la construcción de edificios en los acantilados que destruyeron la vista de esa herradura que es toda la Costa Verde, los perjuicios contra el distrito no han acabado.

Pero ya en este siglo fue el acabose. Las playas fueron concesionadas robándoselas a los vecinos que gozaban de un sano y espectacular espacio público. En la gestión de Martín del Pomar una a una las playas fueron concesionadas, a restaurantes, a clubs. En actitud que lo pinta de cuerpo entero, el excalde dice sentirse orgulloso de lo que ha hecho. Impresionante reconocimiento de una actitud destructora y enemiga de la ciudadanía. 

Sin embargo a pesar de este acto que en la opinión de muchos vecinos es un acto corrupto, sobrevivía entre un puñado de playas una que se ha convertido en favorita de los vecinos y visitantes del distrito: Las Sombrillas. Sin embargo ahora pretenden arrebatarla a los vecinos para construir salvajemente (no encuentro otro adverbio) allí un centro comercial. No les basta con restaurantes que se niegan a la existencia de playas; no les basta con un mediocre club que es solo una playa de estacionamiento de yates; ahora quieren destruir la mas hermosa de las playas que quedan para hacer un centro comercial de 10,000 metros cuadrados que va a generar problemas en el tránsito, en el acceso a las playas y sin ninguna duda va a afectar el ecosistema. 

 

En todo esto creo que ya llegó la hora de investigar el papel de la DICAPI (Dirección General de Capitanías y Guardacostas) tan solicita en dar autorizaciones a empresas y tan reacia a mejorar las playas, del Municipio de Lima Metropolitana y de la Autoridad Autónoma de la Costa Verde.

Se debe dar la lucha. Hacer todos los esfuerzos para que los espacios públicos sean respetados y no se repitan los alcaldes corruptos que se enriquezcan lotizándolos.