Puerto y Aeropuerto: entre la gerencia y el caos
Luego de siete meses ha culminado
la “marcha blanca” del Megapuerto de Chancay de la empresa Cosco Shipping.
Empezó a inicios de noviembre del año pasado y luego de garantizar que los
sistemas que conforman el proyecto interactúen entre sí de acuerdo con el
diseño, planificación y requerimientos de los usuarios internos y externos, en
lo que se conoce también como el “comisionamiento de prueba”, esta espléndida
obra de ingeniería ha quedado expedita para el inicio oficial de operaciones
este primero de junio.
Las pruebas han sido reales,
incrementando progresivamente los
sistemas y procesos involucrados. Los riesgos así se minimizan y se corrigen
los errores evitando en lo posible percances que, de ocurrir en la operación,
podrían ser críticos. El ecosistema que rodea al puerto, aún pendiente de
ejecutar, es responsabilidad fundamentalmente del gobierno. La gerencia del
puerto, conformada en su núcleo por marinos de nuestro país, ha actuado muy
eficientemente, agregando otro galardón a la ya reconocida excelente
capacitación existente en nuestra Marina de Guerra del Perú.
El mismo primero de junio entra
en operaciones también otra megaestructura, que al igual que el puerto es un
sistema complejo de ingeniería: el nuevo aeropuerto internacional Jorge Chávez
del concesionario Lima Airport Partners (LAP). La principal y lamentable diferencia es que la
“marcha blanca” del aeropuerto ha sido de solo 15 días, medio mes, con pruebas
que no involucran a los usuarios (pasajeros, personal de aerolíneas o del
propio aeropuerto) ni siquiera en mínimos adecuados. No se han probado los sistemas
en paralelo en porcentajes de funcionamiento críticos. Tampoco se han realizado
incrementos paulatinos que permitan llegar a un nivel de estrés de todos los
componentes que garanticen, a partir del ensayo, un comportamiento adecuado. En
la noche del 31 de mayo se hará una mudanza de componentes tan solo horas antes
del inicio total de operaciones. Algo absolutamente irresponsable en la
implementación de proyectos de cualquier tipo, con mayor razón en proyectos de
esta envergadura.
Desde el año pasado he
recomendado que no empiecen las operaciones mientras no se haga una prueba
completa de los componentes del aeropuerto tanto de infraestructura,
tecnología, recursos humanos, pasajeros y acceso. Sin embargo, se continúa
adelante. Sin ánimo de alarmar, pero si de advertir, actuando así se
incrementan las posibilidades de riesgo. Es lo que sucede cuando se celebra o
privilegia la inauguración y no el correcto funcionamiento. Es lo que pasa
cuando no se tienen autoridades competentes ni una sociedad civil que desde la
academia o los colegios profesionales se atrevan a ir en contra del consenso
complaciente. En materia de gestión del riesgo nunca está demás levantar la voz
e ir en contra de la corriente.
Ing. Juan Sheput
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