Es increíble. Estamos padeciendo
una de las peores crisis políticas del país, y todo parece indicar que, para
Martín Vizcarra, no pasa nada. Las crisis políticas se tienen que resolver
porque de no hacerlo afectan directa e indirectamente el tejido institucional. Y
como vemos eso ya está sucediendo: la Fiscalía es un desorden, las fuerzas
armadas se olvidan de su rol no deliberante, el Congreso presenta su segunda
moción de vacancia, el pueblo se encuentra cansado y desorientado, todo en
medio de una pandemia que ha generado muy graves problemas en los ámbitos
sanitarios, económicos, educativos y sociales.
¿Qué es lo que corresponde hacer?
El presidente Vizcarra, al ser el principal responsable de este deterioro, es
el llamado a ponerle fin. Desde diversos sectores se han dado una serie de
fórmulas que pretenden acabar con este deterioro, pero el presidente no se
decide por ninguna, pretende mirar hacia adelante, con una política del
avestruz, de negación, que nos está conduciendo a honduras inimaginables y peor
aún, pretende ridiculizarlas como si sobre él no pendieran serias acusaciones
de alta corrupción.
De no encontrar solución a la
crisis política, la situación del país se seguirá deteriorando. Una forma de bajar
la intensidad del problema es con un gabinete de consenso, que tome las riendas
del país pues Martín Vizcarra ya es valor deteriorado. Eso permitiría que él
continúe como presidente, pero esencialmente en un rol decorativo pues ya no
tiene legitimidad. Un conjunto de ministros de alto nivel serían la bisagra
hacia el próximo gobierno. Otros mecanismos tienen que ver con la renuncia a la
presidencia, la suspensión en el ejercicio del cargo o la misma vacancia de
seguir apareciendo nuevas acusaciones. Cualesquiera la decisión que se tome,
esta tiene que efectuarse pues lo peor es continuar con la crisis.
Hay quiénes aprovechan la actual
situación para elucubrar una serie de teorías conspirativas que pretenden
involucrar a parlamentarios y al mismo presidente del Congreso en la
postergación de las elecciones. No se dan cuenta que si se incurriera en eso
sería una causal de vacancia pues ya las elecciones han sido convocadas y el
calendario no puede postergarse. Los que lanzan estas teorías conspirativas pretenden
se ignore la gran responsabilidad que tiene Martín Vizcarra en esta situación.
La cosa es tan simple como que no habría mociones de vacancia si Martín
Vizcarra hubiera tenido un comportamiento honesto durante toda su carrera de
servidor público, lo que no es así. En otras palabras, sus defensores parecen
olvidar que si estamos atravesando esta situación es porque Martín Vizcarra
tiene graves acusaciones de corrupción, de parte de colaboradores eficaces que
señalan que ha pedido coimas cuando era gobernador de Moquegua, quedando
pendiente de investigar su paso por el gobierno actual.
Si el presidente pretende ignorar
la crisis política y cree que esta pasará con el tiempo se equivoca. Si no se
hace algo la crisis se agudizará. Y la responsabilidad del deterioro institucional
del país será exclusivamente de él.
Juan Sheput
Publicado originalmente en El Montonero el 22 de octubre del 2022 (https://www.elmontonero.pe/columnas/martin-vizcarra-o-la-negacion-de-la-realidad)
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