Lima la Horrible
Cuando hace 54 años Sebastián
Salazar Bondy escribió su célebre ensayo Lima La Horrible posiblemente no pensó
que, transcurrido el tiempo, tuviera tanta vigencia. En su calidad de
intelectual y hombre de cultura tal vez imaginó que, retratando con frases los
atributos que engalanan a nuestra ciudad, íbamos de repente a reaccionar
haciendo un esfuerzo por mejorar. Pero no fue así. Los defectos se han ahondado
y esa fusión de personas e infraestructura que adquiere ánimo con la cultura y
que llamamos ciudad es hoy más horrible que cuando Salazar Bondy, “el señor
gallinazo”, decidiera retratarla.
Tengo la sensación que Lima está
en un proceso de involución social. Basta con observar los modales de las
personas. Se da en todos los estratos sociales y en todas las profesiones. Aquellos
llamados a educar, deseducan, contribuyendo así a un empobrecimiento cultural
de la que alguna vez fue llamada Ciudad de los Reyes.
Lima sigue creciendo sin
planificación. Del año 2002 a la fecha la ciudad ha estado en manos de Luis
Castañeda Lossio (10 años) y de Susana Villarán (4). Ni uno ni otro se ha preocupado
por ordenar la ciudad. Ni de pensar, como urbe del siglo XXI, en la
sostenibilidad. Se han dedicado a la obra física, con el vehículo automotriz
como centro de las obras. El ciudadano, ese que se moviliza por tracción
animada, está olvidado. Primero es el carro y segundo y tercero también. No hay
innovación urbana y los espacios naturales privilegiados son sacrificados en
aras de una modernidad que es tan sólo un homenaje a la licitación de fierro y
cemento. Lima está muy lejos de ser una urbe moderna. Se destruyen parques para
hacer centros comerciales, se asesinan árboles para anchar las pistas, se
cambia la zonificación para dar paso a moles mal llamadas edificios. Se atenta
contra la calidad de vida. Lima para nada es un ejemplo.
Desmoraliza la indiferencia de la
población. No se inmutan cuando llaman alcalde a quien no lo merece. Cuánta
vigencia tiene Salazar. Por eso quisiera que recordaran tan sólo una parte de
su texto escrito hace 54 años: “No reina
en Lima la abierta controversia sino el chisme maligno. No ocurren revoluciones
sino opacos pronunciamientos. No permanece el inconformismo sino que el
espíritu rebelde involuciona hasta el conservadurismo promedio. La Juventud,
imaginativa, iconoclasta y desordenada, termina por asentar la cabeza”.
Cuánta actualidad.
Juan Sheput
Articulo publicado en Exitosa Noticias el 20.01.2015
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