miércoles, 6 de noviembre de 2013

A propósito de expresidentes, recordando a Don Valentín Paniagua

Mi columna de hoy en Diario 16:

Hace pocos días, en entrevista concedida a El Comercio, el expresidente de Chile, Don Ricardo Lagos, como respuesta a Milagros Leiva ante una pregunta sobre corrupción, señalaba que era a través de la cultura como se le podía combatir. Recordaba, con justo orgullo,  que en Chile se enseñaba, en las escuelas y a los niños, que hubo presidentes en Chile tan decentes y honestos, como el expresidente Pinto que,  al cesar en sus funciones,  sus amigos “le juntaron un par de pesos” para arrendarle una casa en donde vivir. 
Un día después, en el mismo El Comercio, se publicó un estupendo artículo de nuestra destacada historiadora Carmen McEvoy que tenía como inspirador una reflexión sobre la conducta  de nuestros recientes exmandatarios. Sin proponérselo, el mismo sirvió para recordarnos a millones de compatriotas, que en nuestro país también hubo mandatarios decentes. En su artículo trataba del gran Mariscal Don José de la Mar, de sus desprendimientos y de su respeto a la dignidad de la República.
No es primera vez que Carmen McEvoy nos brinda la oportunidad de saber de nuestros grandes repúblicos. Ya antes, en sendos libros, había escrito sobre Manuel Pardo y su trágico legado.
Personajes decentes, respetuosos de la dignidad de la República, a decir de Doña Carmen McEvoy hemos tenido. El problema está en que no los sabemos transmitir  a través de enseñanzas sobre todo a los niños para que se sientan orgullosos de su Nación.
Es así que el drama de nuestros recientes expresidentes nos lleva a un tema de injusticia y peruanísimo olvido de lo bueno y correcto. En los últimos  días, de manera generalizada, se escribe y comenta de los problemas de los tres “últimos expresidentes” y se menciona a Alberto Fujimori, Alejandro Toledo y Alan García. Si bien es cierto hay notables diferencias (que no es el motivo de este artículo) uno está condenado y los otros están en proceso de investigación por lo que no hay que adelantar juicios. Que están en incomodidades y problemas lo están, es un hecho innegable.  Pero referirnos a ellos como nuestros tres últimos expresidentes es un acto injusto hacia un personaje que llenó con su decencia  el inicio de este siglo en el Perú: Don Valentín Paniagua.
Para todos los efectos Don Valentín Paniagua fue Presidente Constitucional de la república del Perú. Fue la persona correcta para un momento especialmente difícil. A pesar de las solicitudes de varios miembros de su entorno cumplió al pie de la letra su promesa de respetar la entrega del poder convocando a elecciones. Sabía que, de permanecer en el poder, habría hecho lo que muchos, de hacer lo opuesto a lo que pregonan,  hiriendo de muerte la confianza puesta en su mandato de conducir  un periodo tan difícil como  el de la transferencia democrática.

Don Valentín Paniagua es uno de los tres últimos expresidentes del Perú que no sólo tuvo un paso decente por la presidencia de la  República sino que tuvo un comportamiento  ejemplar. Es la demostración que se puede ser el primer magistrado de la Nación “respetando la dignidad de la República” a decir de Doña Carmen McEvoy. Está en nosotros contribuir al orgullo del país rescatando y enseñando sobre su legado. Juan Sheput.

2 comentarios:

Ricardo dijo...

Apreciado Juan, con frecuencia sigo tu blog, pero muchas veces estoy demasiado atareado en diversas actividades y ocupaciones. No obstante ello, recordar a Don Valentín Paniagua, considero que es todo una obligación para todo ciudadano que se enorgullezca de ser peruano y más aún, de ser demócrata. Tuve el altísimo honor de conocer a nuestro ex presidente cuando cursaba la carrera de Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Alas Peruanas en la Ciudad de Huancayo. Así que recordarlo es recordar la trayectoria decente del político y ser humano ejemplar que fue.

Ricardo dijo...

Felicitaciones por invitarnos a recordar a un extraordinario ser humano, profesional y político.