La negociación entre el gobierno de Humala y Telefónica ha generado críticas entre políticos y especialistas y desencanto en los usuarios. El gobierno ha respondido exagerando los logros, diciendo que es muy exitosa, que se ha exigido muchísimo a Telefónica, cuando es todo lo contrario. Una muestra de la exageración es, por ejemplo, indicar que se la "exigido" a la empresa que tenga presencia en provincias, en aquellos lugares en donde el gobierno, previamente, le provea la infraestructura. Bueno, eso no es una exigencia, es facilitarle a Telefónica la ejecución de un negocio. En todo caso en el contrato se deben colocar en blanco y negro, claramente, los motivos de resolución del contrato, cuáles serían los fundamentos que, si se incumple, llevarían a disolver el marco contractual. Esa es la única manera en que se podría mejorar una indignante y vergonzosa negociación del humalismo.
El siguiente es mi artículo publicado en Diario 16:
Una negociación por todo lo bajo
En las últimas horas la
revocación ha jugado con creces su papel distractor. Por estar atentos al
debate reciente entre los promotores del Sí y los defensores del No, ha pasado
por alto una situación que Yohny Lescano ha definido como vergonzosa: la
negociación entre Telefónica Móviles y el gobierno peruano. La misma no sólo ha
estado hundida en una ciénaga que impedía cualquier signo de transparencia sino
que de seguro se convertirá en un modelo para todo gobierno que decida negociar
dejando de lado la dignidad.
Escuchando al Ministro de
Transportes Carlos Paredes me ha quedado claro que el gobierno de Ollanta Humala
no sólo ha tenido miedo a negociar sino ha negociado con miedo. Cuando el
Ministro Paredes (recordándonos a Alan García y su famoso “cuidado que los
chilenos se molestan”) dice que el gobierno ha tratado de evitar que Telefónica
nos confronte en el CIADI, nos demuestra que está negociando con miedo, sin
temperamento y sin buscar lo mejor para el país pues parte de una posición
defensiva. Cuando el mismo ministro Paredes señala que en todo momento se ha
tratado de evitar una posición confrontacional, corrobora su miedo a negociar, pues
no señala los incumplimientos de Telefónica en materia tributaria, de creación
de infraestructura, de tarifas y servicios a nivel nacional.
Tiene razón pues el
congresista Lescano al decir que estamos
en presencia de un hecho vergonzoso. Falta a la verdad el ministro Paredes
cuando dice que no ha sido posible hacer una licitación con la participación de
otros operadores. Juristas destacados dicen que esto sí se ha podido hacer
sobre la base de los incumplimientos de Telefónica. Y dice medias verdades el
ministro Paredes cuando dice que el rol de supervisión y de exigencia no sólo partirá
del Ministerio a su cargo sino de los organismos reguladores, cuando se sabe
que desde su creación los organismos reguladores están pintados en la pared
pues no cumplen con el rol que una
economía de mercado les demanda.
El congresista Lescano señala que
va a proponer que se interpele al Ministro Paredes. La verdad es que no se
puede esperar nada de un Congreso que trabaja sobre hechos consumados olvidando su rol de fiscalización. Creo que
el Ministro Paredes va a tener que responder sí, algún día, pero a otro gobierno, uno que considere la
creación de una megacomisión que investigue tanto hecho irregular que viene
sucediendo en sectores como Transportes y Energía y Minas.
Finalmente un nacionalismo de
caricatura como el que vivimos, que no sabe defender los derechos del Perú, está superando con creces el entreguismo que
sufrió el país durante la década del
fujimorismo.
Juan Sheput
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