Sin estrategia no habrá triunfo
El copamiento
del Ministerio del Interior por personal
improvisado entre ellos algunos militares fue iniciado por Oscar Valdés y ha originado serios descontentos en la Policía
Nacional del Perú. La falsa reorganización y descabezamiento de la institución
policial, desprendiéndose de oficiales de primer nivel, está pasando la
factura. Sólo en las últimas 48 horas, policías en estado de ebriedad han
atropellado a 7 personas en Cajamarca y Ancón, ha fallecido un ciudadano en una
comisaría de Surquillo y no se ha podido evitar el asesinato por encargo de un
Fiscal en Casma, el joven abogado Luis Sánchez Colona. Por si fuera poco, los
familiares de dos jóvenes policías de 22 años, desaparecidos en la zona de La
Convención, denuncian el abandono de los mismos por parte de sus superiores y reclaman
que se les haya enviado a una zona impropia para todo aquél que aún no ha
culminado su entrenamiento. Los militares están en puestos claves del
Ministerio del Interior y la Policía y allí está gran parte de la responsabilidad
de la situación actual. La inseguridad se está incrementando y el Ministro
Lozada no transmite conocimiento ni autoridad.
Por otro lado
en las Fuerzas Armadas también tienen sus problemas. Empujadas por la ambición política
de buscar éxitos a como de lugar, nuestras fuerzas armadas han iniciado una
serie de ataques en la zona del VRAE y la Convención. Ello ha originado la
huida de pobladores que asustados por
disparos enloquecidos han optado por
salir de sus hábitats para refugiarse en zonas más seguras. Son los nuevos
desplazados, los que al tener que dejar sus casas tienen que buscar de qué
vivir y sienten que el uniforme militar
no se comporta como un amigo. En los últimos días, por irracionalidad en la
conducción política, se han vuelto a cometer los errores de ayer. En la zona de
enfrentamientos nuestras fuerzas armadas están perdiendo la confianza y el
respeto que buenos oficiales habían ganado en los últimos años.
En consecuencia
nuestras FFAA y FFPP están volviendo a cometer errores y excesos por exclusiva
responsabilidad de una pésima conducción política. Un ejército profesional
puede ser empujado al ridículo y a la derrota por culpa de órdenes emocionales
o desatinadas. Hasta la legendaria Wehrmacht,
esa formidable maquinaria de guerra alemana, fue a la derrota no por sus
oficiales, famosos por su orden táctico y disciplina, sino por sus líderes políticos, irreflexivos y
emocionales.
Perseguir a
columnas subversivas que conocen muy bien la zona es un error estratégico. Si
se quiere dar un golpe definitivo a la subversión no será capturando a uno, dos
o veinte enemigos, sino haciendo un trabajo estratégico, con paciencia e
inteligencia, que entienda que el narcotráfico es el real enemigo.
Juan Sheput
* Este artículo ha sido publicado el día de hoy en Diario 16 y fue escrito antes que un grupo de periodistas tuviera contacto con un grupo de subversivos. Dicho evento hace que nos ratifiquemos en lo aquí escrito: la pésima conducción política está colocando en mala situación a nuestras Fuerzas Armadas y Policiales, a las cuáles respetamos en cuanto se refiere son instituciones tutelares del país.
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