viernes, 24 de febrero de 2012

La primera dama ¿funcionaria pública?

Es alarmante como se acepta con naturalidad la intromisión de Nadine Heredia en los asuntos de gobierno. Ni el Congreso ni los ministros, se percatan de un grave asunto inconstitucional que bajo el maquillaje de "apoyo" a su esposo oculta lo que es real: una intromisión. A tal punto de confusión se ha llegado que el día de ayer  el conocido encuestador Alfredo Torres señalaba que la señora Heredia era asesora (sin que nadie la haya nombrado como tal) y que el presidente Humala, por tanto, ya no necesitaba hablar. No había leído desde hace tiempo tanta informalidad y ligereza en un análisis. 
Sobre el particular el día de hoy el destacado periodista Enrique Castillo escribe un artículo en Gestión, en el cual critica esta postura que sería la causante de una serie de dudas, marchas y contramarchas en el gobiernlo y desacertados nombramientos basados en simpatía o amistades de la señora Heredia.

La primera dama, ¿funcionaria pública?

Enrique Castillo
¿Qué hubiera pasado si la señora Eliane Karp hubiera ratificado o destituido públicamente a un ministro de Estado? ¿Cómo hubiera reaccionado nuestra clase política si la señora Pilar Nores hubiese sido la encargada de renovarle públicamente la confianza a un primer ministro?

Hoy los peruanos ya sabemos a ciencia cierta quién ratifica a los ministros en esta administración, y a partir de esto podemos especular también sobre quién los nombra y quién les quita la confianza.

Quedan también muy pocas dudas sobre el poder que tiene la primera dama -al parecer no es solo influencia-, y sobre su participación en muchos de los actos y las decisiones de gobierno. En este momento, la palabra y la presencia de la primera dama es determinante en muchos casos e intimidante en otros. Su labor no es solo consultiva o de consejería.

Para algunos, esto es bueno porque muestra a una pareja presidencial muy unida, y a un presidente que tiene la ayuda y colaboración de su esposa.

Para otros, en cambio, esto puede ser una muestra de debilidad y de falta de capacidad y liderazgo del presidente, así como una prueba de que quien maneja realmente los hilos del Gobierno es la primera dama, quien está preparando todo, además, para postular en el 2016.

Al margen de ambas posiciones, está el tema de la institucionalidad. ¿Elegimos a un presidente o a una pareja presidencial? ¿A quién están obligados a obedecer los ministros y funcionarios en cuestiones de gobierno y de Estado; al presidente, a la primera dama, a los dos? Es obvio que la posición de una primera dama es privilegiada, no solo por ser dama, sino por ser la esposa del presidente, y nadie buscaría una confrontación con ella ni le haría un desaire.

Sin embargo, otra cosa es ver cómo el centro del poder y de la toma de decisiones se desplaza y pasa del sillón presidencial a la silla de la primera dama.

Durante muchos años se ha señalado –tanto para evitar la intromisión de las primeras damas, como para salvarse de cualquier responsabilidad política y administrativa-, que la primera dama no es una funcionaria pública, y que, por lo tanto, su papel es únicamente de apoyo voluntario y desinteresado.

Tal vez haya llegado el momento de revisar esa tesis.



(*)Periodista

1 comentario:

Luis Ernesto Bordo Carmona dijo...

LA PRIMERA DAMA Y LAS PERCEPCIONES DE ALGUNOS PLUMIFEROS
Esta nota, no está referida en particular a Nadine Heredia, cónyuge del Presidente Ollanta Humala, y como tal primera dama del Perú.
LA PRIMERA DAMA ¿FUNCIONARIA PÚBLICA?
Es la interrogante del plumífero* don Enrique Castillo, entrevistador chochera de don Alan Garcìa Pérez. Y al igual que su clon, Fritz Du Bois, con perversa perfidia lanza sus dardos a manera de interrogantes ¿Qué hubiera pasado, si Eliane Karp hubiera ratificado o destituido a un Ministro…? ¿O que Pilar Nores hubiese sido la encargada de renovar la confianza al primer Ministro? Y a nombre de los peruanos, escribe en Gestión diciendo “que hoy los peruanos sabemos a ciencia cierta quién ratifica a los ministros…” Vacua afirmación, que le permite la libérrima “libertad de Prensa” en Perú. Y estos empleados de los medios de comunicación hacen sus propios esfuerzos para recibir de sus mandantes una sonrisa y algo mas, cuando ponen al descubierto que los Ministros no resultan ser más que unos secretarios y segundones del Gobierno y del poder incapaces de imponer autoridad. Aunque Castillo no lo sepa, esto es lo que él dice, o le mandan decir.
Y en un afán de sus “percepciones” por “percibir” alguito más, cual predicador del ocultismo le atribuye a doña Nadine Heredia una campaña para su postulación en el 2016. Omite maliciosamente que la Constitución no lo impide y que la Ley si lo señala.
PREOCUPACION POR LA INTROMISION DE LAS PRIMERAS DAMAS.
Este temita está de moda y va a ser un boom en las noticias más adelante. ¿Quiénes quieren hablar de primeras damas? ¿Belaunde, El Comercio, Juan Sheput, Toledo, Garcìa, Fujimori, Vladimiro, Keiko,..? ¿Quiénes? ¡Veamos!
Con el Gobierno de Manuel Prado, fue primera dama Clorinda Málaga con quien se caso después de divorciarse por lo religioso de su primera esposa. Con los Gobiernos del señor Fernando Belaunde, tuvimos dos primeras damas. Las Señoras, Carola Aubry con quien se caso en primeras nupcias por civil y religioso, y Violeta Correa Miller posteriormente. Con don Alan Garcìa Pérez, estuvo como primera dama la señora Pilar Nores, profesional destacada, de Nacionalidad Argentina, y si algunos pueden relievar su actuación queda en la retina histórica el cuadro donde el Presidente Alan Garcìa en su segundo Gobierno anuncia ante el soberano por TV, tener un hijo de unión extramarital, y Pilar Nores a su lado, sumisa y mirada baja. Con el Presidente Toledo, aparece de Primera dama, la señora Eliane Karp, nacida en Bélgica y nacionalizada USA tal vez la más productiva en su labor social y política, pero a la vez controvertida por su actitud confrontacional.
Con el Gobierno de Ollanta Humala esta la primera dama Nadine Heredia, actualmente en auge por la labor de los medios y cuya actuación como primera dama no está exenta de una labor política en tanto es fundadora y dirigente del partido nacionalista, mientras que las primeras damas antes mencionadas eran eso, solo esposas, cada una con sus características, de los presidentes. Me parece que unas líneas aparte merece el caso FUJIMORI, una especie de peruano nacido en Japón. La primera dama al inicio del Gobierno era la señora Susana Higuchi. Después Presidente Fujimori la remplaza con la hoy señora Keiko Fujimori, hija de ambos. Ello ocurre inmediatamente después que aparece la denuncia por el tema de las donaciones. Además existen versiones tenebrosas, “percepciones” como diría don Enrique Castillo, en el sentido que doña Susana fue maltratada sicológicamente en las “mazmorras” de Palacio. Y de las primeras damas habla don Enrique, pero lo que le conviene y oculta lo mismo. Y para don Fujimori, llego a haber una tercera primera dama con Satomi Kataoka, con la anuencia de Kenyi, Keiko y demás, católicos, apostólicos, evangelistas, romanos, japoneses y peruanos.