En diversas declaraciones y, particularmente, en este blog, señalamos que el estilo autoritario practicado por Oscar Valdés era el menos conveniente para solucionar el conflicto minero en Conga. Entusiasmado por algunos comentaristas y empresarios mineros, Oscar Valdés apostó por la mano dura, dando así en la yema del gusto a quiénes se oponen radicalmente al proyecto Conga.
De todo se ha hecho para darle el gusto a Yanacocha. Se ha tratado de deslegitimar a los dirigentes cajamarquinos, se les ha calumniado, tergiversado, se les amenaza con el encierro, sin embargo las protestas en Cajamarca continúan. No confian en el gobierno de Ollanta Humala y mucho menos en Yanacocha. En el caso del primero por la forma como de manera ruin ha cambiado de posición y en el segundo porque la minera ha hecho todos los esfuerzos para ser una entidad desconfiable. En ese sentido si hay una empresa que le hac hecho daño a la inversión minera en el Perú una de ellas es Yanacocha por su lamentable comportamiento.
Y las protestas han comenzado nuevamente en Cajamarca. Para el día de hoy se anuncian una serie de marchas por diversas provincias de Cajamarca. El presidente regional Gregorio Santos se ha ratificado en la ordenanza que declara inviable al proyecto Conga. La amenaza de revocatoria en ese sentido lo debe tener sin cuidado, no sólo porque provenga de un sector tan desprestigiado moralmente como el fujimorismo sino porque, según noticia que ha pasado desapercibida en Lima, Gregorio Santos es considerado el hombre del año en Cajamarca.
Mientras tanto aquí seguimos con un gobierno que no tiene orden, objetivos y cree que la única solución es el autoritarismo. Empieza el año 2012 con conflictos latentes en buena parte del territorio nacional.
Finalmente. Nadie en su sano juicio puede oponerse a la inversión privada. Ella es necesaria para generar puestos de trabajo y bienestar. Sin embargo el camino del autoritarismo y la imposición, disfrazado de respeto a la autoridad, es la mejor manera de darle gusto al conflicto. Y de ello no parece percatarse el petit comité de corte militar que anida en Palacio de Gobierno.
Finalmente. Nadie en su sano juicio puede oponerse a la inversión privada. Ella es necesaria para generar puestos de trabajo y bienestar. Sin embargo el camino del autoritarismo y la imposición, disfrazado de respeto a la autoridad, es la mejor manera de darle gusto al conflicto. Y de ello no parece percatarse el petit comité de corte militar que anida en Palacio de Gobierno.
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