miércoles, 6 de julio de 2011

Cuando los estudiantes marchan (*)

Cuando los estudiantes marchan


Cuando los estudiantes marchan o protestan por un propósito loable, el país tiene futuro. Sobre todo si la marcha se encarna en un sentimiento colectivo de llamar la atención sin violencia de por medio.

Hace pocos días, en diversos lugares de Chile, hubo una masiva jornada de protesta. Los protagonistas fueron estudiantes de secundaria y universitarios motivados por el afán de acabar con el lucro en la educación y fortalecer la educación pública. La marcha contó con la compañía de reconocidos personajes del mundo intelectual, empresarial, político y académico. Todos unidos para reclamar una mejora sustantiva en la calidad de la educación.

Esta marcha me recordaba una anterior, de hace varios años, en Colombia. En Bogotá los estudiantes también reclamaron de manera cívica por la mejora de la educación. Señalaban la vergüenza que significaba que Colombia, en ese entonces no tuviera ni una universidad entre las 500 mejores del Mundo. Difundido el ranking de las universidades de élite, los jóvenes colombianos protestaron al no ver allí a sus casas de estudio. En el Perú, el ranking, ni siquiera se difundió.

Si bien es cierto la marcha de estudiantes colombianos no alcanzó los niveles multitudinarios de la marcha de estudiantes chilenos, ambos eventos tuvieron varias cosas en común. Primero, el ser conscientes que la educación es un factor crítico en el desarrollo y que no se debe estafar a la juventud con una enseñanza mediocre. Segundo, la búsqueda de calidad en la educación pública como elemento catalizador de una mejora en todo el sistema universitario, público y privado. Tercero, el debate serio y alturado que ambos eventos generaron en sus respectivas locaciones. Cuarto, los resultados: una mejora en las políticas públicas en pro de la educación.

Las mejores universidades del mundo o son estatales o son privadas sin fines de lucro, nos dicen reputados analistas políticos como Patricio Navia. A mayor publicidad menor selectividad en el ingreso, lo que conduce a la mediocridad en la educación, nos dice el responsable de la Fundación Educación 2020, el Doctor en Ingeniería Mario Waissbluth. Ambos son personajes en Chile, que demuestran que un buen nivel en el debate público nos puede llevar a construir una mejora de nuestra sociedad.

En nuestro país ¿Cuál es el debate respecto a la educación universitaria? ¿Quién se cae de espaldas ante la estafa masiva de las universidades que tienen sucursales como si fueran casinos o pollerías? ¿Quién se preocupa por las condiciones deplorables de los egresados de distintas facultades sin un nivel mínimo de calidad? ¿Quién dice algo del triste papel que hacen los colegios profesionales que han devenido en penosos armatostes marketeros?

Si en nuestro país hay un tema pendiente, ese es el del gran debate educativo. Sin una educación de calidad, pública y privada, no hay ni una sola posibilidad de llegar a ser, algún día, un país desarrollado.

Ing. Juan Sheput

(*) Columna publicada el día de hoy en Diario 16

1 comentario:

Anónimo dijo...

LO QUE PASA ES QUE LA EDUCACIÓN EN EL PERÚ, NO SE CONSTITUYE EN UN TEMA DE ESTADO, SINO EN UN NEGOCIO LUCRATIVO CON RESULTADOS MEDIOCRES, AVALADOS POR LA CORRUPTA POLÍTICA QUE PERMITE LA PROLIFERACIÓN DE UNIVERSIDADES COMO TIENDECITAS DE BARRIO, SIN UN CONTROL DE CALIDAD NI UNA EVALUACIÓN PROFESIONAL DE NIVEL; SOLO LE INTERESA EL DINERO, SINO PREGÚNTENLE A TODOS LOS CONGRESISTAS -INCLUSO EL PRESIDENTE ACTUAL DEL CONGRESO- QUE LE FUERON PAGADOS SUS VIAJES POR LA PRESTIGIOSA Y RECONOCIDA UNIVERSIDAD "ALAS PERUANAS"

FRANCISCO TORRES.