domingo, 19 de junio de 2011

El despertar de China

Moises Naim nos recuerda que China ha vuelto a ponerse de moda. Tiene en ese sentido a un gran promotor de que el tema se haya vuelto actual: Henry Kissinger. Un reciente libro nos señala cuáles son las diferencias culturales con China, que dificulta los procesos de acercamiento entre el gran país asiático y Occidente.

La gente suele olvidar que cuando nació el Imperio Romano y Cristo anunciaba la fe que movería montañas, ya la China era potencia. Gracias a Marco Polo llegaron a occidente artefactos e inventos que se usaban desde hace centenas de años en Asia. Desde las pastas hasta el concepto de imprenta pasando por los proyectiles y la pólvora, son producto de las mentes chinas. Así que no se puede hablar que China quiere ser potencia cuando es potencia milenaria, que quiere volver a tener el esplendor del pasado, cuestión que es distinta.

Sin embargo China atraviesa por una serie de problemas. El desarrollo urbano ha traido a las ciudades una fuerte población, sin educación en muchos casos, provenientes del campo, del mundo rural. Se calcula en 135 millones esta migración interna, este "desborde popular" asiático, a decir de José Matos Mar. El espectacular crecimiento chino tiene problemas, claro que sí.

Por eso es interesante ver que la economía por si sola no basta. China enfrenta desafíos en seguridad, corrupción, contaminación ambiental. Y la política, a cargo del Partido Comunista Chino, no encuentra soluciones para ellos. Es necesario un repensar, más aún cuando ya la China es la segunda potencia económica del Mundo y el primer exportador, desplazando de ese lugar a otro gigante, de la investigación y el desarrollo, Alemania.

La decisión china que las parejas tengan sólo un hijo está pasando la factura. La población está envejeciendo rápidamente y no hay capacidad de sustitución de las manos que sostienen el crecimiento económico. Por otro lado aumentan las cargas sociales, aunque claro, en un régimen comunista cualquier cosa puede pasar, inclusive el desconocimiento marcial de la deuda interna.

China crece pero tiene problemas. El despertar de China puede ser con un malestar generalizado.

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