En un acto de salvajismo urbano y de ignorancia máxima, se ordenó desde Palacio que se pintara el Museo de la Nación, un edificio diseñado para no ser pintado. Un secretario incapacitado para ser Ministro de Cultura, Juan Ossio, permitió y justificó el atropello. Actúa de manera similar a Antonio Brack, quien en su momento deberá rendir cuentas de la venta y destrucción de la Selva peruana. Ambos señores sirven sólo para justificar los atropellos y órdenes de su jefe, el doctor Alan García.
La destrucción de Lima empezó de a pocos. Primero fue el escudo en Palacio de Gobierno, luego la construcción corrupta sobre los acantilados de Lima, la proliferación de piletas en lo que fueron hermosos parques o la destrucción de los malecones de Barranco y Chorrillos. Luego el Metropolitano hizo lo propio con zonas hermosas de Barranco y el Centro de Lima. Y finalmente el pintado monstruoso del Centro Cívico y el Museo de la Nación.
¿Alguien duda del nivel cultural de Alan García? aquí tienen una muestra.
La destrucción de Lima empezó de a pocos. Primero fue el escudo en Palacio de Gobierno, luego la construcción corrupta sobre los acantilados de Lima, la proliferación de piletas en lo que fueron hermosos parques o la destrucción de los malecones de Barranco y Chorrillos. Luego el Metropolitano hizo lo propio con zonas hermosas de Barranco y el Centro de Lima. Y finalmente el pintado monstruoso del Centro Cívico y el Museo de la Nación.
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