Lourdes Flores y la mano del fujimontesinismo

¿Quién, en un momento de desazón, no ha expresado por teléfono u otra vía, con énfasis e interjecciones, sus dudas y frustraciones? ¿Quién, ante una persona de confianza, no se ha lamentado o apenado por resultados contrarios a los que buenamente esperaba?

La difusión de un audio privado, en manos de un individuo que viene haciendo mucho daño a la sociedad peruana como Jaime Bayly, ensucia, al mejor estilo del fujimontesinismo la presente campaña electoral. Este conductor, Jaime Bayly, que tiene como productora a Ximena Ruiz Rosas, ex asalariada de Carlos Raffo, a su vez operador de los deseos de Valdimiro Montesinos, cree que se ha convertido en el fiel de la balanza de la actual campaña electoral, cuando no es sino otra cosa que una herramienta de un sector que quiere convertir al proceso electoral en un campo inmundo, sin fronteras ni límites.

La difusión de un audio privado de Lourdes Flores la noche de ayer, en el "programa" de Jaime Bayly, debe ser condenada por todos. Sólo una parte era de necesidad pública, la vinculada a un personaje que ha desprestigiado tanto a la política como Xavier Barrón. El resto, editado visiblemente, es simplemente la expresión de una persona respecto a una frustración, algo normal en una campaña electoral. No hay nada de anómalo. Por tanto si se quiere desprestigiar a Lourdes Flores a partir de unas frases emotivas, comunes en quien tiene sentimientos y es una persona sana, debe ser rechazado por todos aquellos que queremos un país de ciudadanos, con respeto por sus derechos y, por supuesto, por su privacidad.

Esto no significa, claro está, que Lourdes Flores no tenga que aclarar la sugerencia de Barrón respecto a las encuestas o las citas con empresarios brasileños o españoles. Es exigible que así lo haga. Pero la intromisión en la privacidad, eso de ninguna manera se puede tolerar.

Aquí no es un asunto de votos, es un asunto que tiene que ver con valores y principios. Por ello lamento que sectores vinculados a Susana Villarán hayan querido aprovechar esta difusión perversa para asegurarse la victoria en las próximas elecciones. Al respecto me pregunto ¿Cómo habrían reaccionado si la víctima del chuponeo fuera Susana Villarán? Los valores y principios no están en función de las personas, sino de un bien superior: nuestra supervivencia como sociedad.

Comparto la opinión que detrás de este chuponeo está el fujimontesinismo. Y comparto la opinión del congresista Luizar en el sentido que podría estar el mismo Alex Kouri. Los vínculos de este último con sectores intervencionistas de teléfonos han sido públicos y aún no aclarados. Además, de lograr su objetivo, que Lourdes Flores Nano renuncie, los principales beneficiados serían aquellos que quieren mejorar su posición en las encuestas entre los cuáles se encuentra, cómo no, Fernán Altuve. El aparente triunfo de Susana Villarán se vería en problemas, pues de inmediato, los votos de Lourdes se repartirían entre Humberto Lay, Fernando Andrade y Fernán Altuve. Luego, de ganar Villarán, la ingobernabilidad estaría a la vuelta de la esquina.

De allí la importancia que Lourdes Flores Nano no renuncie e ignore a este sicariato mediático que nos ha colocado en una posición aún peor que la vivida durante la década del fujimontesinismo. Ahora ya no actúan asolapadamente. Actúan con desenfado, desde Frecuencia Latina Canal 2. Allí, desde el amanecer, se depositan pseudoperiodistas, pseudocómicos, que tienen como objetivo demoler candidaturas democráticas, amparados en un libertinaje que no tiene nada que ver con la libertad de expresión. Y los empleados mediáticos de Frecuencia Latina ( no todos pues hay allí personas dignas como Claudia Cisneros) actúan con impunidad, mal utilizando las ondas electromagnéticas que pertenecen a todos los peruanos.

Finalmente, suena a cómico que el presidente Alan García se muestre preocupado por el chuponeo. Cree que hemos olvidado el libro de Gustavo Gorriti que lo señala, ratificándose, que él utilizó los servicios de Business Track (BTR) en contra de Ollanta Humala. Y que luego, ya en el proceso de investigación, se negó a declarar como agraviado, a pesar de estar involucrados sus secretarios,entre ellos Luis Nava Guibert. Si el doctor García hubiera querido que esto se aclare, pues habría sido el más interesado en declarar. No lo hizo. Nos hace pensar.