viernes, 26 de marzo de 2010

51,000 personas morirían si hay terremoto en Lima

Un informe presentado por Defensa Civil da cuenta de un dato que por evidente nos debe llamar a preocupación: si huibiera un terremoto en Lima morirían 51,000 personas.
A nosotros nos parece que el informe es incompleto pues se limita a un estudio de zonas populosas, al centro histórico de Lima fundamentalmente y a otras áreas que, por la calidad de sus suelos, ya se sabe que son muy peligrosas.
En efecto el estudio afirma que el Rímac y los Barrios Altos (parte del Cercado de Lima) debido a la antigüedad de sus viviendas (ver mapa) sufrirían con mayor dramatismo las consecuencias de un gran terremoto. Allí nos permitimos criticar el informe pues parecería que el diagnóstico se basa en la percepción (lo que ven) y no una prueba (someter a test las viviendas). En más de una oportunidad he hablado con destacados ingenieros civiles que me han comentado que las características de las viviendas del centro histórico, de barro y quincha, las convierte en muy flexibles y por tanto en antisísmicas. No son rígidas y eso las protege de un sismo de gran escala. Van al ritmo de la onda, siendo esa la razón por la cual han sobrevivido a los sismos de 1940; 1966; 1970; 1974 y el del 2007.
Igual se menciona, en forma general, a los distritos de San Juan de Lurigancho, El Agustino, San Juan de Miraflores y Surquillo, en este caso por la precariedad de sus viviendas y el estado de semi construcción de sus edificaciones. En el caso de Puente Piedra, La Molina y Lurín, el peligro radica en sus suelos poco compactos; en tanto Ventanilla, Callao, Chorrillos y Villa El Salvador, porque están ubicados en la zona del litoral. No se hace precisiones sobre los distritos al sur de Lima, más allá del kilómetro 40.
El Informe no menciona la metodología que lo lleva a segurar que un terremoto de 8 grados de magnitud en la escala de Richter dejaría 686 mil 105 heridos, 200 mil 347 viviendas colapsadas y 348 mil 329 altamente afectadas. La exactitud de las cifras y no un rango de cantidades basado en la probabilidad, nos lleva a discrepar con el estudio. Son magnitudes impropias para un país como el nuestro, tan impropias que nos coloca en un nivel similar a Haití.
Asimismo, con falta de detalle, el informe asegura que podrían morir entre 2,000 y 13,000 escolares de producirse un sismo de grado 8. Es una cifra terrible, tan terrible que merece una mayor explicación.
No se si lo que busca este Informe es dramatizar una situación de riesgo o alertar. Si es lo primero sería un pretexto para que el gobierno una vez más utilice la dramatización como oportunidad de negocio vía decretos de urgencia. Si es lo segundo, siendo el objetivo loable, se requiere de mayor explicación.
Lo que sí podemos asegurar es que el Informe es incompleto, por las siguientes razones:
1. Gracias a Luis Castañeda Lossio la ciudad de Lima es una trampa mortal con el caos vehicular existente. No hay posibilidad que luego de un terremoto las ambulancias o bomberos puedan movilizarse de un lugar a otro por el caos producido por obras sobrevaloradas, sobre dimensionadas e inútiles en la mayoría de casos por su falta de planificación.
2. La Costa Verde será igualmente zona de derrumbes y desgracias, llegando al absurdo que si hay un tsunami la gente no podrá huir por falta de escaleras, las cuáles, según los vecinos de Barranco han sido eliminadas para evitar que los ciudadanos puedan disfrutar de las playas y así dejarlas libres para los bodoques de cemento (leáse restaurantes) que se han colocado allí afeando el paisaje.
3. La misma Costa Verde está debilitada por la autorización de Luis Castañeda Lossio para que se construyan edificios en el borde de los acantilados, en la zona de Barranco especialmente. Estas construcciones generarán derrumbes pues han destruido el equilibrio natural de los bordes costeros y barrancos.
4. El informe de Defensa Civil no dice nada de derogar el DU 29090, que permite la construcción masiva de edificios, sin revisión de planos, y que generará más de una desgracia cuando estos edificios se sometan al test de la adversidad. Este DU 29090 fue promovido por Hernán Garrido Lecca con la entusiasta participación de Alan García, y el Congreso no hace nada por derogarlo.
Como ven un informe alarmista, incompleto y que no dice las cosas claras.

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