lunes, 11 de enero de 2010

Alan García, Chan Chan y la destrucción de nuestro patrimonio cultural

Alan García no tiene autoridad moral ni política para lamentarse y criticar lo que unos cuantos muchachos han hecho en las ruinas de Chan Chan. Él, que con desprecio se refirió a las ruinas de Puruchuco y que junto con el alcalde de Lima Luis Castañeda Lossio calificaron a nuestras ruinas como "unas cuantas piedras" que impiden el progreso de la ciudad, ahora con hipocresía se rasga las vestiduras para criticar un atropello aislado que él practica con asiduidad.
El doctor García que critica a los colegiales de Chan Chan es el mismo que presenta proyectos de ley para quitarle atribuciones al Instituto Nacional de Cultura. Lo hace con el objeto de construir de manera masiva y desordenada, arrasando con nuestro riquísimo patrimonio cultural. El proyecto de ampliación de la Av. Javier Prado partiría en dos al complejo arqueológico Puruchuco - Huaquerones dañando para siempre e irreversiblemente un hermoso complejo cultural. Los trabajos sin planificación del municipio limeño han dañado la Huaca San Marcos de la la cultura Maranga. Se destruye nuestro patrimonio histórico y se destruye nuestro patrimonio visual. La ambición y las ansias de negocios de nuestras autoridades del gobierno central y municipal permiten que se construya, por ejemplo, en los acantilados de la Costa Verde, cuando es zona monumental. Lima se ha convertido en una ciudad desagradable, llena de enfermedades sociales, con zonas monumentales abandonadas y en franco proceso de deterioro. La Quinta Heeren quieren convertirla en una unidad vecinal, los hospitales 2 de Mayo, Loayza, Larco Herrera, quieren ser destruidos para rematar sus terrenos pasando por alto que son representantes de un hermoso pasado republicano que tuvo en la arquitectura de lugares públicos un momento estelar. Nada de eso le importa a García ni a Castañeda. Hay que destruir para ceder espacio a las empresas constructoras. La cultura no importa, menos la tradición, lo que manda es el faenón.
El Cusco sufre por los embates de las empresas de construcción. El INC local, presionado desde Lima tiene que ceder y dar permisos para que se construyan sobre restos arqueológicos. El Valle Sagrado pronto será Urbanización Valle Sagrado y todo lo que significó estará bajo montañas de ladrillos, resorts, hoteles, hostales y sitios de mala muerte. No hay desarrollo urbano y mucho menos planificación de la ciudad. Los restos arqueológicos se ven como prescindibles cuando deberían preservarse pues son los que le dan personalidad a una ciudad.
Cuando uno analiza con frialdad lo que viene sucediendo se percata del increíble daño que Alan García le viene haciendo al país.

1 comentario:

qc.carlos dijo...

¿Qué podría motivaron a jóvenes peruanos de origen indígena a destruir su propio patrimonio histórico?

Es necesario educar ahora a los jovenes peruanos acerca de nuestra verdadera historia. No cuidamos lo que no sabemos es nuestro.

El gobierno de Lima pide sanciones para los irresponsables escolares, pero se callan cuando se tratan de empresarios que están causando una peor destrucción en Cusco. Los muchachos tiraron piedras y patearon los muros de adobe ya reparados en la waka del Dragón.

Pero los constructores del JW Marriott en Cusco han excavado tres pisos de altura en el subsuelo lleno de restos históricos, y se han tirado partes de muros Inca y cerámicas al río Huatanay.