Cuando uno lee "México en la frontera del caos" de Andrés Oppenheimer toma nota del altísimo nivel de corrupción al cual ha llegado México. El comportamiento corrupto concertado entre empresarios, políticos y medios de comunicación, han generado en México tanto daño que a pesar de ser un país riquísimo en recursos naturales y culturales, tiene niveles de pobreza muy altos, no es un país competitivo, no hace investigación, no innova y su desarrollo tecnológico lo convierte en dependiente de los países del primer mundo.
En México se fabrican, por otra parte, a los hombres más ricos del planeta. Oligopolios o monopolios asolapados tienen en algunos políticos a entusiastas colaboradores. Como decía Adolfo Aguilar Zínser, la corrupción mexicana -que tiene poderosos brazos mediáticos- teme a los políticos honestos porque estos pueden hablar de frente y de pie. El político honesto es ridiculizado en estos medios o de lo contrario es silenciado, ignorado, criticado, porque le hace daño a un sistema que requiere de políticos mediocres y corruptos para poder funcionar.
Sin embargo en México hay politólogos y medios de comunicación valientes que se enfrentan a este sistema: Guadalupe Loaeza, Carmen Aristegui, Denise Dresser, son algunas de ellas. Parafraseando a Paul Krugman han indicado que el de México es un capitalismo de cuates, en el cual se hace riqueza a partir de buenos contactos con el Estado. El Estado, como lo lee, pues la corrupción en México es estructural.
El estilo mexicano de hacer negocios con el gobierno, gracias a buenos contactos, ya es parte del paisaje local. Como en toda acción humana hay excepciones, pero estas al ser tan pocas sólo sirven para confirmar la regla.
En el libro de Oppenheimer se habla del inútil gasto gubernamental mexicano en obras de infraestructura, algunas de las cuáles son completamente inútiles. El gasto en obras de construcción pareciera estar diseñado para la corrupción pues genera buena imagen, a pesar de la inutilidad del producto final. Y si se tiene un buen aceitado aparato de prensa de allí a que se convierta en un político importante hay un paso. En una región de México se hizo un aeropuerto en una zona lejana de la ciudad, en un lugar inadecuado por los vientos, sólo para justificar la "inversión" en la carretera. ¿Habrá casos similares aquí?.
La epidemia proveniente de México que hace tres años sentó sus reales en el Perú es la del estilo de hacer negocios en el país de los cuates. Los usos y costumbres son similares, un grupo de empresarios con un mercado sin competencia, a su disposición; algunos medios de comunicación al servicio del cartel empresarial y políticos mediocres que lo único que buscan es utilizar a la política para vivir inescrupulosamente de ella.
3 comentarios:
Señor Sheput:
Pero no olvide usted que ya hace casi 20 años Hernando de Soto escribió su famoso libro El otro sendero donde describe el mismo fenómeno en el Perú. Su tesis es que aquí existe el Mercantilismo, que no es otra cosa que vivir a costa del Estado. Creo que el señor Oppenheimer ya conocía hace mucho esta obra y está aplicándola al contexto mejicano, que en realidad también se aplica a la mayoría de países latinoamericanos (y otros más del mundo).
Entonces, démosle el mérito a quien realmente lo tiene, y ese es el peruano de Soto.
Muchas gracias
Oppenheimer no se habrá equivocado de país?. mas parece la realidad del Perú, en todo caso solo nos diferenciamos por el factor demografico, luego luego los cuates de los faenones son igual alla y aca.
Que bonita , pero que bonita familia, nó Romulo León.
Sheput, debes hacer análisis más profundos, no tan superficiales.
Miren quienes están detrás de todo esto.
Los invito a ver estos videos y saquen sus conclusiones.
http://www.youtube.com/watch?v=MB7SDVTc9JQ
http://www.youtube.com/watch?v=aQObtK5gYKI
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