lunes, 23 de febrero de 2009

La destrucción institucional del Congreso

Si algunos congresistas desean postular a cargos regionales o municipales está bien, en la medida que lo hagan cuando culmine su actual mandato el 28 de julio del 2011. Eso es lo que dice en síntesis, la Constitución cuando en su artículo 95 señala el caracter irrenunciable de dicho cargo. Coincido, en ese sentido, con la columna de José Luis Sardón en Perú 21.
El presidente del Congreso Javier Velásquez Quesquén, sobre el particular, señaló hoy que hay un dictamen multipartidario que ha sido aprobado en comisiones que favorecería ese propósito inconstitucional. Indicó que en dicho proyecto se permitiría que el Congresista regrese a su curul en caso fracase en la elección de gobiernos regionales o locales. Tratando de ser más drástico Javier Velásquez Quesquén indicó que si pudiera él modificaría el dictamen, impediría que regrese el candidato fracasado a su curul y agregaría que desde el momento que postula debería ingresar al Congreso el accesitario con "oficina y todo" para quedarse hasta el final.
Por lo visto es optimista el congresista Velásquez Quesquén en sus ímpetus electorales, lo cual no está mal, sino que señala, una vez más, el deterioro del actual Congreso, catalogado por muchos como el peor de la Historia del Perú.
Un parlamentario debe ser responsable y ser consciente de lo que sus actos podrían causar. Hasta la fecha no entiendo para qué postuló al Congreso Javier Valle Riestra si luego quería salir espantado. El Dr. Valle Riestra hizo campaña, salió en los medios debatiendo, puso paneles con la hija de Rómulo León y se presentó finalmente en la lista parlamentaria del APRA, para luego pedir, a los pocos días, que le dejaran renunciar al Congreso donde su colega y amigo Don Carlos Torres Caro es una figura estelar.
Esta falta de seriedad de Javier Valle Riestra es uno de los antecedentes pintorescos que han llevado a que el Congreso discuta un proyecto que permita a los actuales congresistas postular a una alcaldía o a un gobierno regional. Si desean hacerlo que lo hagan, pero para que postulen en el próximo proceso electoral, el del año 2015. Los actuales congresistas ya trajeron el desprestigio al actual Parlamento. No hay que permitirles que destruyan lo poco que queda de esta institución.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

En este problema existen dos principios en juego:(i) Por un lado la libertad del congresista, como persona humana, de renunciar a un cargo, sin verse constreñido a mantenerse en el mismo contra su deseo; y (ii) el interés de los ciudadanos que eligieron, como representante o mandatario, a dicho congresista. Creo que la solución, más equilibrada, es la siguiente:(i) Reconocer para el congresista el derecho a renunciar a su cargo, sin necesidad de que exprese la causa de esta decisión, ni tampoco que la renuncia sea aprobada por los colegas parlamentarios; y (ii) Aparejar al ejercicio del derecho antes mencionado una consecuencia jurídica grave: la inhabilitación automática del congresista para ejercer cualquier otra función política de origen electoral (presidente de la República, presidente regional, etc.) por un tiempo determinado o tal vez indefinido. O al menos la prohibición para postular nuevamente al congreso. De esta manera evitamos la situación farsesca de congresistas que quieren renunciar al cargo para postular a presidente regional (como pretende el actual presidente del congreso). En general, esta regla que sugerimos para los congresistas, debería extenderse a todos los cargos públicos electivos. Así evitamos el vergonzo caso de Yehude Simon quien siendo presidente de la Región Lambayeque, abandona el cargo para convertirse en "primer ministro", para ganar, entre otras cosas, dimensión nacional, con miras a las elecciones del 2011. Con la regla sugerida la renuncia a la presidencia regional inhabilitaría para el ejercicio de cuialquier otro cargo (por lo que Simón jamás hubiera podido convertirse en premier).

Juan Sheput dijo...

Es una excelente propuesta que permite por un lado y sanciona por otro y que por ello difícilmente podrá ser puesta en discusión por el Congreso, pero sí por la sociedad. Que un congresista renuncie para postular a otro cargo merece una sanción por la suerte de traición a la representatividad que votó por alguien. Buena propuesta digna de discusión.

Anónimo dijo...

Este señor Velasquez Quesquen es un representante del APROFUJIMORISMO, con una imagen tan descabellada para llegar a ser presidente del congreso. pero el simplismo político del Apra puede hacer llegara al mas alto cargo del estado al más tonto tan solo necesita ser afiliado y compartir su doctrina, no les interesa el destino del país. Tan solo les interesa la vigencia de su grupo político, por las enormes limitaciones académicas y técnicas que tienen.