La pobreza argumental de Carlos Raffo y el psicosocial de la semana

El congresista Carlos Raffo ha brindado una conferencia de prensa para sustentar el por qué no ha suscrito el dictamen de acusación constitucional contra los ex ministros Jorge del Castillo, Carlos Vallejos y Hernán Garrido Lecca. Según él, no hay pruebas, y el fujimorismo no acusa sin pruebas, declaró melodramáticamente, como si ya hubiéramos olvidado el caso del mismísimo Premier Yehude Simons acusado por el fujimorato sin ninguna prueba.

Sin pruebas no puede haber condena, dijo, palabras más, palabras menos, el congresista Raffo, aclarando que su posición personal respecto de Jorge del Castillo no había cambiado. Calificó inclusive a Jorge del Castillo de fariseo, que dice ser una cosa y es otra, y que él estaba, a titulo personal, casi seguro de la responsabilidad del ex premier.

Sin embargo no lo acusa. Gran contradicción o simplemente una farsa.

El Congreso no es la fiscalía ni el Poder Judicial. Al Congreso de la República le basta con tener indicios razonables para proceder a una acusación constitucional, por tanto si Carlos Raffo es coherente con lo que melodramáticamente asegura habría firmado el dictamen que acusaba a los ministros. Pero no lo hizo. ¿Por qué será? ¿Por la reunión que tuvo con Rómulo León? ¿por las reuniones que habría tenido con Luis Nava? ¿Por temor a que se activen sus juicios, rabo de paja que le dicen? ¿O tendrá que ver algo la congresista Cecilia Chacón que se libró de una acusación con votos del APRA?.

No lo sabemos. Lo concreto es que Raffo es el que dice una cosa y hace otra.

Y en medio de esta comedia tenía que aparecer un psicosocial distractivo. Al igual que durante los mejores tiempos del fujimontesinismo apareció, milagrosamente, una casa del chuponeo. Veremos los titulares mañana. Ya al menos Luis Gonzáles Posada ha calificado al descubrimiento de triunfo de la democracia.