miércoles, 7 de enero de 2009

Infracción Constitucional

La columna del día de hoy de Juan Carlos Valdivia demuestra los niveles a los cuáles ha llegado el actual Congreso de la República. Un conjunto de parlamentarios que permite que las decisiones que se toman en el Pleno del Congreso sean modificadas con una simple carta del presidente de la República. Es gravísimo, y, como dice Juan Carlos, en cualquier país con un mínimo de civismo y con una comunidad política con un mínimo de preparación, esta acción del presidente del Congres y del presidente de la República, habrían culminado con una grave sanción, por lo que significa de desprecio a las instituciones democráticas.
La Junta de portavoces del actual Congreso de la República ha cometido una grave infracción, histórica, que le brindará a la posteridad las pautas patra calificar el nivel al cual se ha llegado, tan pobre, en la actual representación parlamentaria.
Reproducimos a continuación la columna de Juan Carlos Valdivia, que sólo en un país como el nuestro de los tiempos de Alan García, puede pasar desapercibida:

¿Cómo se denomina a la situación donde un grupo de personas deciden dictar leyes prescindiendo de los procedimientos establecidos por la Constitución vigente?Lo sucedido con la pretendida promulgación de la ley que exonera del impuesto a la renta a las transacciones de acciones en la Bolsa de Valores debería por lo menos poner a Javier Velásquez Quesquén en la cárcel, así como a todos aquellos funcionarios en el Ejecutivo y el Legislativo que han tenido que ver con este entuerto.Cuando la mayoría logró ampliar la exoneración a tributar a las mencionadas transacciones, el pleno por unanimidad exoneró el gravamen que tenían las gratificaciones que se pagan a los trabajadores en planilla. Todo esto se aprobó en una sola ley, que tardó en remitirse al Ejecutivo por un tembloroso Velásquez Quesquén.Tanto tardó, que el presidente García remitió una carta al Parlamento (sin firma de ningún ministro que lo avale) explicando su oposición a la aprobación de la exoneración a las gratificaciones. Entonces, un solícito Velásquez Quesquén convocó a la Junta de Portavoces, modificó la ley aprobada por el pleno, dividiéndola, y retirando de la autógrafa la parte referida a la exoneración tributaria de las gratificaciones.Esto es un hecho absolutamente ilegal. La Constitución establece un procedimiento para la aprobación de las leyes y para su modificación, y en ninguna parte aparecen facultades para la Junta de Portavoces (que es una instancia de coordinación pero no de decisión). Velásquez Quesquén ha violado la Constitución y en ese camino ha arrastrado al presidente García.Es un hecho gravísimo, pues pone en cuestión el ordenamiento jurídico. ¿Velásquez Quesquén puede cambiar las leyes por encima de lo dispuesto por la Constitución?Es claro que esta decisión tiene algunos efectos jurídicos, aunque no sean los que buscaban Velásquez Quesquén y sus cómplices. En primer lugar, al ser nula la supuesta ley, la transacción de acciones está afecta a gravamen por este año. Y, del lado penal, debe terminar con Velásquez Quesquén acusado de usurpación de funciones. Veremos cuánto tiempo se demora un congresista o la fiscal de la Nación en presentar la denuncia: Velásquez Quesquén se ha convertido en un dictador.
JUAN CARLOS VALDIVIA
El deterioro institucional al que nos está conduciendo la ineptitud de Alan García es cada vez mayor. No hay instituciones, y los constitucionalistas y el Colegio de Abogados de Lima se mantienen en silencio, y los teóricos de la política, los que opinan semanalmante y dicatn cátedras, también callan por complicidad o por el amor a la consultoría.

2 comentarios:

Luis Enrique Alvizuri dijo...

Señor Sheput: Usted sabe muy bien qué pasa a través de la historia cuando un sistema determinado peligra ante la pugna de los antisistema. Podríamos recordar la Alemania de comienzos de siglo XX o el Chile de Pinochet. El remedio ha sido siempre el mismo: la Tiranía, institución griega creada para salvar a la patria, la cual hacía concentrar todo el poder en una persona Y TOLERABA SUS EXCESOS mientras la amenaza durara. Lamentablemente estamos en la misma situación. Recuerde usted que si el señor García está donde está es por el temor al antisistema de Humala. Él viene a ser nuestro actual tirano griego y, nos guste o no, tenemos que TOLERAR SUS EXCESOS. Esto lo han entendido muy bien desde la Confiep hasta el señor Aldo Mariátegui, quien, aguantándose las náuseas, defiende a capa y espada a su "tirano" porque peor sería que esté el señor Humala.
El apoyo incondicional que hoy le dan los ricos del Perú al Apra no es por amor a ese partido (al contrario, lo desprecian) sino porque es el matón de turno que nos protege de un peligro mayor, al estilo de la Mafia de Chicago. ¿Cuánto más le consentirán los poderosos a Alan hacer lo que hace? Pues siempre y cuando no llega al límite. ¿Y cuál es el límite? Cuando éste ya no les sirva para contener el avance de los antisistema (los chavistas). Cuando eso pase, usted lo sabe bien porque conoce la historia, se buscarán otro matón más hábil y fuerte que Alan y el Apra. Ese es el límite. Mientras tanto, mientras la palabra del señor García siga siendo la varita mágica para contener y manipular al país, él seguirá haciendo todo le que le venga en gana PERO CON EL APOYO INCONDICIONAL DE LA CONFIEP. Antes que preguntarnos qué va a hacer Alan con el Perú preguntémonos qué piensan hacer Cáceres Sayán y a los que él representa (que sabemos quiénes son).
Como en la época de la Magna Grecia, cuando peligra la patria, la Democracia queda suspendida hasta que retornen los buenos tiempos. Habrá que esperar.

Anónimo dijo...

¿Cómo se denomina a la situación donde un grupo de personas deciden dictar leyes prescindiendo de los procedimientos establecidos por la Constitución vigente?
R: Caballazo, así se llama eso.
Velásquez Quesquén ha violado la Constitución y en ese camino ha arrastrado al presidente García.
R: Es todo lo contrario, Alan García ha violado la Constitución y ha arrastrado al presidente del congreso en su afán.
El timorato de Velásquez Quesquén no puede hacer valer la indepndencia del congreso y mucho menos enfrentar a García.