viernes, 29 de agosto de 2008

Todo por unas "cuantas piedras"

Así, con total incultura, prestan declaraciones algunos funcionarios de la Municipalidad y el Gobierno central cuando se refieren al "estorbo" que representa la presencia de huacas o monumentos arqueológicos en la ruta a la "modernidad". No debemos olvidar que el propio presidente García indicó algo similar respecto a Puruchuco, cuestión que fue aplaudida por Aldo Mariátegui en su columna de Correo.
Gracias al blog de Gori Tumi nos enteramos que el INC le envió " 12 oficios a la comuna metropolitana y a la Empresa Municipal Administradora de Peajes de Lima (EMAPE), desde el mes de julio del año pasado.
En ellos se pedía la información respecto a las características del proyecto 'Intercambio Vial Av. Venezuela-Av. Universitaria', considerando que involucra monumentos arqueológicos (Huaca Aramburú, Huaca San Marcos y Huaca Palomino).
En esas comunicaciones se le informó sobre la existencia de zonas arqueológicas.
Asimismo, señala el comunicado, se le conminó a realizar las gestiones pertinentes ante el INC para la tramitación de los procedimientos técnicos del caso y las autorizaciones correspondientes.
NO HUBO RESPUESTA
Agregan que en enero del presente año, mes en que se iniciaron las obras, Emape presentó al INC un 'Plan de Monitoreo Arqueológico' a ejecutarse en la primera fase del citado plan vial, el cual no incluyó las áreas intangibles de los sitios arqueológicos mencionados. "Mal puede la Municipalidad de Lima señalar que no conocía del tema", indica el comunicado.
"
Por tanto el señor Luis Castañeda Lossio miente una vez más. Lima está saturada de obras sin planificar que congestionan el tránsito y que NO SERÁN UNA SOLUCIÓN. Por lo tanto estimado lector, si usted cree que vale la pena el sacrificio porque en el futuro gozará de un sistema vial mucho mejor que el actual se equivoca, el caos continuará, con una diferencia: se habrá gastado millones de soles de todos nosotros, en obras inútiles pero decorativas que no valen la pena.
Volviendo al tema cultural. Al Alcalde está visto que no le interesa el patrimonio histórico de la ciudad. Tampoco la calidad de vida. Mucho menos los ciudadanos. Sabe, eso sí, que una sociedad tan irreflexiva como la limeña se sentirá satisfecha con unos cuantos letreros que digan "gracias por dejarnos trabajar".

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