jueves, 17 de julio de 2008

Alan García y el retorno de la Inflación

Por todo lo alto, cabalgando sobre la demagogia presidencial, ha retornado la inflación al Perú. Demostrando que no ha cambiado, el presidente García impulsó el gasto público de manera irreflexiva y desordenada, causando un rebrote inflacionario, que ya lleva el índice de inflación al 7,02% de manera anualizada.
El consuelo de los columnistas pro-gubernamentales es que es una de las inflaciones más bajas de América Latina. No dicen estos señores con opinión sesgada, que la inflación peruana proporcionalmente es mayor, ni que los otros países convivían con una inflación moderada del 4 ó 5% como es Chile y Colombia mientras que en el Perú era del 1%. Tampoco dicen que nuestra economía es más vulnerable, pues depende de precios de minerales y recursos naturales y la institucionalización es de muy baja calidad.
Ahora, en una peruanísima demostración de falta de previsión, sale a declarar el presidente del BCR indicando que no se cumplirá con el rango meta que era de un máximo de 3% cuando eso se le venía diciendo desde hace cerca de un año, mientras el declaraba, también con poca seriedad, que la inflación era controlable.
Cada vez que se le criticaba, el señor Velarde salía con el argumento de la inflación importada y la inflación subyacente. Hacía coro con el mal manejo económico de Luis Carranza, que trabajó sólo para los grandes intereses económicos, razón por la cual tendrá su escritorio asegurado.
Tanto el señor Velarde como Carranza no hicieron caso, más bien subestimaron el reclamo y alertas que economistas prestigiosos como Jürgen Schuldt, Juan José Marthans y Humberto Campodónico indicaron en su momento.
La inflación para agarrar velocidad es como un elefante. Empieza de a pocos y va agarrando velocidad poco a poco hasta que se hace imparable. Eso estaría sucediendo en el Perú, donde las medidas que se den de repente frenan la inflación pero castigarán a los pobres. Por lo pronto todo el festival de festejos por la "reducción" de la inflación ya se perdió. Gracias a la inflación de García los pobres que dejaron de serlo han vuelto a su anterior condición. Se calcula que el índice de pobreza se ha incrementado en 3 puntos con lo cual la meta de reducir la pobreza al final de su mandato a 30 puntos es un acto demagógico más.

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