Un indulto contaminado por el oportunismo
Si se tendría que señalar quién
es la persona que más ha perjudicado los intereses del fujimorismo en lograr el
indulto de Alberto Fujimori no habría que buscar mucho pues es el expresidente Alan García. No sólo ensució las reglas del indulto
otorgándolo a centenares de personas que no lo merecían, como es el caso de
bandas enteras de narcotraficantes o casos emblemáticos como el de Enrique
Crousillat, sino que ahora ingresa al
debate llevado por un oportunismo empujado por su afán de desviar la agenda mediática
que tiene sobre él todos los reflectores por los hallazgos de la Megacomisión
y el destape periodístico de la liberación de cuatrocientos
narcotraficantes beneficiados por la gracia presidencial concedida, según
propias palabras, única y exclusivamente por él.
La ciudadanía, tan susceptible
políticamente, se da cuenta que lo que busca el expresidente García es desviar
la atención. Para ello utiliza el recurso de la exigencia al presidente Humala
de que se apresure en tomar una decisión respecto a la solicitud de indulto a
Alberto Fujimori y que se defina sobre la eventualidad de una “reelección
conyugal” (terminología de tan mal gusto como la desgastada “pareja
presidencial”). Olvida el expresidente
cual ha sido su actitud respecto a estos dos temas. En relación al
indulto, meció durante años a sus aliados fujimoristas, quienes de manera
ingenua creyeron en los buenos oficios de
García. Y en cuanto a la señora Nadine Heredia el Dr. García cree que hemos olvidado cuando en
Noviembre del año pasado decía que la presencia de la señora Humala refrescaría
la política nacional y sería una buena candidata. Luego en Enero, ante una
pregunta de la destacada periodista Patricia Kadena, García reiteró que la
primera dama sería una buena candidata ya que tiene el “fuego de la política”.
Pero las contradicciones de
García no se limitan a su posición respecto a Nadine Heredia. También se
extienden a su forma de pensar respecto a Alberto Fujimori y el indulto. Hace
pocas semanas el Dr. García dijo que él no le daba lecciones al presidente
Humala a través de los medios y pedía dejar en tranquilidad a Ollanta Humala
para que tome una decisión. Ahora no hace ni lo uno ni lo otro. Le plantea
exigencias al presidente a través de los medios y se olvida de su petición de tranquilidad y
alborota el ambiente solicitando que Humala tome una decisión. ¿Por qué ese
giro tan evidente? Pues como es obvio, en el Dr. García hay preocupación ¿por
qué? por lo que pueda pasar en la Megacomisión.
El fujimorismo debería entender
que nada de bueno se puede sacar de una posición oportunista como la de Alan
García pues lo único que ha logrado es contaminar el ambiente. En su afán de
cambiar la agenda ha terminado perjudicando el petitorio del fujimorismo. Un
oso, por más ternura que pretenda transmitir, no nos puede dar palmaditas en el
hombro y mucho menos un abrazo. En ambos casos es letal, y lo hecho por García
equivale a ser letal con el indulto.
Y el presidente Humala no tiene
por qué ceder a exigencias de políticos desesperados en ejercicio o políticos convertidos
en lobistas. Si el informe indica que no hay enfermedad terminal, pues no hay necesidad
de fallar de manera inmediata. Y todo esto dicho con el mayor respeto por la
familia del expresidente Fujimori que tiene que comprender que este es un tema
en donde de por medio está qué queremos representar como Nación. Juan Sheput
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