Acierta el ministro Pedraza
cuando señala que el problema de la seguridad es un asunto de percepción. Y
digo que acierta porque si analizamos el origen de esta palabra veremos que
proviene del latín perceptio, compuesto
a su vez del prefijo per
(intensidad), del verbo capere
(capturar) y del sufijo tio (acción y
efecto de), es decir “la acción de capturar intensamente las cosas”. La
percepción crea la realidad y es por ello que, a partir de una serie de hechos
intensos, como el asesinato de cuatro personas en tres días, la ciudadanía siente y padece la inseguridad.
Para llegar a esta intensa
sensación de inseguridad, las muertes en manos de delincuentes, han tenido que
llegar a Lima. Cuando los asesinatos ocurrían en provincias, pues simplemente
el presidente seguía corriendo, el interés ministerial era mínimo y en la
población no se despertaba la indignación que estamos viendo ahora. En efecto, el 9 de diciembre del año pasado
un grupo de sicarios asesinó al alcalde de Casma, Ancash, José Montalván
Macedo; el 19 de diciembre se asesinó al alcalde de Angasmarca, La Libertad,
Diógenes Geldres; el 11 de febrero a
Augusto Wong vicepresidente regional de Amazonas y el 18 de febrero seis
puñaladas acabaron con la vida en Pucará, Cajamarca, del teniente gobernador José Gil Llamo.
Ninguno de los casos ocupó primera plana y mucho menos llamó a la indignación a
nuestros gobernantes, congresistas, periodistas o empresarios. De repente es
porque no sucedió en Lima. Sin embargo
estamos hablando de autoridades, a las cuáles, a pesar de las ventajas del
cargo, el gobierno no ha podido proteger. Y de estos casos (podría mencionar
más) no se ha pedido cuentas ni al Ministro Pedraza ni al gran amigo de la
pareja presidencial, Gral. PNP Raúl
Salazar.
La inseguridad es un problema
nacional. Y esta es responsabilidad directa del Presidente Ollanta Humala quien
mantiene en el cargo a un par de ciudadanos que están muy lejos de dar la talla
para el cargo que ocupan en la actualidad. Tanto el Ministro Pedraza como el
Gral. Salazar, cada vez que han tenido problemas han salido con respuestas
efectistas, mediáticas. Más policías y más patrulleros es la última de ellas.
Repiten lo mismo cada cierto tiempo acompañando el show con estadísticas que ni ellos mismos creen. Pero no hay estrategia y mucho menos
liderazgo, pues no pueden ser líderes quienes están al frente no por capacidad
sino por simple amiguismo y sometimiento a la llamada pareja presidencial. La
vida de nuestros compatriotas y el agravamiento de esta situación exigen que se
hable con propiedad, denunciando lo que acontece en el Ministerio del Interior
y en la Policía Nacional. No puede ser que una persona que habría vuelto a
mentir como el Gral. Salazar siga al frente de aquellos en los que tenemos que
confiar para nuestra seguridad. Y no puede ser que un Ministro como Wilfredo
Pedraza, que dice no hacer caso a los que sí saben de seguridad, diga que no hay problemas cuando la
delincuencia común y organizada se enseñorea en todo el país, en cada ciudad.
Si siguen ellos al mando nada va
a cambiar.
Juan Sheput
Artículo publicado hoy en Diario 16
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