miércoles, 16 de mayo de 2012

Ministros a la medida



Hace unos días el país se consumía en un debate, necesario, sobre las características que deberían tener los conductores de los sectores de defensa e interior. Conocida la astucia y crueldad del enemigo había consenso en que en estos casos la estrategia no es suficiente sino que también importa el  liderazgo. Los planes cuentan pero también las personas, pues son estas últimas la que transmiten conducción, firmeza, motivación y reconocimiento, todo ellos atributos del líder.
Al conocer los recientes nombramientos en los ministerios de Defensa y del  Interior, es obvio que el presidente Humala no ha tomado en cuenta esta característica esencial que se requería para carteras tan complejas. Si bien es cierto la propuesta, constitucionalmente, viene del Premier Valdés, es el presidente Humala quien decide. Si ha optado por dos allegados, desconocedores del tema bien vale preguntarse ¿Cuáles son las prioridades del gobierno?
Los ministros nombrados desconocen el terreno de la defensa y de la seguridad interna. Dependerán de terceros. Independientemente de sus cualidades personales no tienen solidez política tanto así que al señor José Urquizo se le señala como responsable, cuando ministro de Producción,  de que adquieran niveles de crisis asuntos manejables como los relacionados con la merluza y  la muerte de pelícanos. El silencio mediático y la huida a Qatar fueron señales de un ministro que, al igual que el presidente Humala, no enfrenta los problemas  sino los evade.  De repente en premio a esa identidad hoy José Urquizo es ministro de Defensa, un ministro a la medida del actual presidente.
Volviendo a la pregunta sobre las prioridades del gobierno vale la pena interrogarse el por qué el presidente elige a personas que a todas luces no están capacitadas para liderar a las fuerzas armadas y policiales en momentos tan complejos. De repente la lealtad y confianza que tiene el presidente Humala en estos personajes es lo que se necesita para el secretismo que se busca en la compra de armamento y pertrechos siempre tan controversiales. O  de repente se necesita a ministros con vocación por, digamos, la flexibilidad, para que un asesor, Adrián Villafuerte, ex secretario personal del General  César  Saucedo Sánchez, preso por corrupción,  haga lo que crea conveniente en las Fuerzas Armadas.
Si así fuera pues el gobierno está haciendo todo lo posible para que nuevamente, luego de doce  años, vuelva a imperar el desconcierto, la inseguridad e incomodidad en las fuerzas del orden. Ya no se ascenderá por mérito sino por sumisión, el profesionalismo será menos importante que la identificación con el régimen. Y todo esto en medio no sólo de la lucha en el VRAE  sino de la eventualidad de atravesar por momentos complicados como resultado de un eventual fallo favorable en La Haya.
¿Le importa eso a Ollanta Humala? Pues pareciera que no. Sabe en su fuero interno que para conquistar a la opinión pública y a cierto sector de la clase política y  empresarial  basta con correr un poco, mandar un tweet y seguir con la economía en piloto automático.

Juan Sheput

Este artículo ha sido publicado hoy en Diario 16


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1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya hizo su regalada gana en los ascensos: su promoción,parientes y amigos....igual en los nombramientos de agregados militates...Eso también se llama corrupción...