El acuerdo energético con Brasil se está manejando con un oscurantismo propio de los gobiernos de Alan García o Fujimori. Ese estilo que tanto perjuicio causó al país se viene repitiendo. Los brasileños dan como un hecho la puesta en marcha de este acuerdo que permitirá que Brasil se beneficie con energía y el Perú se perjudique con pasivos ambientales, desplazamiento de comunidades indígenas y perjuicio irreversible de nuestra biodiversidad.
El gobierno de Humala, tan entregado a los brasileños, está a punto de consumar una vez más un perjuicio iniciado por García, con el pretexto de "políticas de Estado". Es decir para consumar un acto con indicios de corrupción se apela a la cuestión de Estado.
Por considerarlo de actualidad repito lo que escribí ya hace unos meses respecto a los acuerdos energéticos con Brasil e Inambari:
¿El nacionalismo peruano habla en portugués?
Para responder a esta pregunta, positiva o
negativamente, hay que esperar muy poco, específicamente hasta que se resuelva
el Acuerdo Energético con Brasil, ese que sólo conviene al país vecino y que
significaría la destrucción de millones de hectáreas de selva amazónica para
perjuicio de nuestro país y beneficio del llamado gigante del
Sur.
El gobierno de García envió al Congreso de la
República el Acuerdo Energético con Brasil el cual se encuentra en estos
momentos en la Comisión de Relaciones Exteriores. El gobierno actual, de Ollanta
Humala, no ha hecho nada por retirarlo. Al contrario hay voces como la del
Ministro de Energía Carlos Herrera Descalzi que lo promueven ahora, luego de haberse
opuesto por años, en un giro de opinión incomprensible. Según lo escuchado y
analizado, todo parece indicar que en la Comisión de Relaciones Exteriores hay
ambiente de feijoada brasileira para su aprobación y, por tanto, celebración de sus promotores del gobierno
actual con lo cual se redondearía un atropello al país cuya responsabilidad
histórica recaería en dos gobiernos. Todo un megafaenón.
Este Acuerdo significaría el desalojo y
desplazamiento de poblaciones nativas a las cuáles no se ha querido escuchar, la
destrucción de nuestra biodiversidad riquísima y única en el mundo, la inundación de grandes tramos de la Interoceánica ¿y todo para qué?
Para beneficio de Brasil que se niega a hacer lo mismo en su
territorio.
En nuestro país hay una gran cantidad de caídas de
agua en la Costa y Selva que producirían la energía suficiente a menor costo y
sin el impacto salvaje e irreversible sobre nuestra zona de selva y biodiversidad. Pero no se hacen porque sólo
beneficiarían al Perú y no al Brasil que
es el que desea inundar Inambari y el Ene para satisfacer sus necesidades
energéticas.
El oxígeno, la selva, los bosques tropicales y la
biodiversidad son el oro supremo del futuro. No lo es la inundación brutal de
millones de hectáreas para conseguir energía para el sur brasileño. Paraguay no
deja de arrepentirse de haber firmado un
acuerdo energético con Brasil que perjudicó a su población y que llegó al
colmo de prohibir a los paraguayos exportar sus excedentes energéticos. Fue un
militar paraguayo, el General Stroessner, quien cedió soberanía a Brasil.
Naciones Unidas tiene documentos donde se describe el
perjuicio de los grandes embalses como los que se pretenden hacer en el Ene e
Inambari y que son de pleno conocimiento de los ministerios de Energía y del
Ambiente. Sin embargo estos dos ministerios no quieren ver estas evidencias y no
acuden al Congreso a manifestar su disconformidad. Son, en la práctica, cómplices en la destrucción de nuestra
biodiversidad que significaría la aprobación del Acuerdo Energético con el
Brasil.
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