Lo gris, y en algunos casos, lo nauseabundo se había convertido en la norma de algunos medios de comunicación. Ello, como es obvio, contribuía a la decandencia del intelecto, en donde la palabra o la pluma inteligente eran la excepción.
El Premio Nobel, otorgado a Mario Vargas Llosa, ha fracturado esa mal llamada normalidad a la que ya la mayoría estaba acostumbrada. El Nobel ha traído de vuelta, a los medios de comunicación, nobles afanes e invitados, en algo que esperamos sea una nueva tendencia de esto que llamaremos el gran retorno a lo cultural.
Es así que en las útimas horas hemos leído a columnistas escribiendo pequeñas piezas literarias, escuchado a invitados ilustrándonos con anécdotas, cultivando aquello que Bryce llama con certeza el arte de la conversación. También hemos visto el retorno a las pantallas de televisión a personas interesantes, cultas, que nos han llenado de placer con su plática alturada, emotiva e inteligente. Ver, por ejemplo, el retorno de Fernando de Szyslo, Pedro Cateriano, entre otros, nos demuestra que la televisión bien puede ser un vehículo que, más allá del maldito rating, puede constituir un medio que nos engrandezca como nación.
Estos son algunos de los efectos de tener en casa a un premio Nobel: el gran retorno a lo cultural. El premio Nobel a Mario es un estímulo para todos, ciudadanos, jóvenes escritores, personas que aman la literatura y la cultura.
Por todo ello nuevamente gracias Mario. El premio, espero, ojalá sea una ruptura con una forma mediocre de entender la sociedad, a partir de comentarios de personajes menores, que han cultivado el escándalo o la vulgaridad como forma de expresar su forma de pensar.
Ojalá que esta jornada de calidad mediática se convierta, gracias a lo que significa para un país tener un Nobel, en una nueva tendencia. El Perú lo agradecería.
1 comentario:
así es, ya basta de los mulder, del castillo, meches, raffos y tantos mediocres que saturan la tele local.
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