Las declaraciones de la señora Giselle Gianotti han puesto muy nerviosos a los altos funcionarios del gobierno. Luis Nava, secretario del presidente García, es uno de los más conmovidos con los nuevos indicios que involucran a sus hijos. Puede ser que su trayectoria pese en su conciencia: su amigo Rómulo León le recuerda, en entrevista en La Primera, su paso por la cárcel por la quiebra demoledora de Mutual Perú.
En realidad las declaraciones de Luis Nava, sobre él y sus hijos, son simplemente líricas. Su lamento no es impedimento para que las investigaciones continuen. Contrariamente a lo que se piensa, hay que profundizar en las mismas. Más de un negocio se habría forjado de manera ilícita y eso no puede quedar impune.
En ese sentido es necesario resaltar los comentarios que brindara anoche Rosa María Palacios. Aquí hay un nuevo delito, el delito de encubrimiento, pues si las pruebas han sido cambiadas, hay más de un involucrado. Lo dijo en un contexto que bien merece la categoría de editorial. Los mejores editoriales son los que nacen de la indignación y creo que lo de anoche en Prensa Libre tuvo ese origen.
Es así que coincidimos con Rosa María. Las investigaciones llevarán al descubrimiento de la verdad, tarde o temprano, probable en el próximo gobierno. Pero de ninguna manera este delito puede quedar impune. El Perú no soporta un nuevo régimen con características de cleptocrático.
En ese sentido llama la atención la sobreactuación de la Fiscal de la Nación Dra. Echaíz y del Presidente del Poder Judicial Dr. Villa Stein. Ambos intercambian opiniones y culpas a través de los medios pero no dicen nada, repito nada, de la actuación de los miembros de sus organizaciones en este proceso. No dicen nada, por ejemplo, de las presiones efectuadas sobre Giselle Gianotti para que involucre a los funcionarios de Petrotech. En ambos poderes del Estado hay gente, jueces y fiscales, muy correctos, pero en estos casos procesales esa actitud es muy grave, y no puede pasar desapercibida como tampoco puede dejar de observarse la actitud del presidente Alan García, quien ante los dimes y diretes no dice tampoco nada. El doctor Alan García es el Jefe de Estado y debería ser el primer sorprendido e indignado con las menciones a sus secretarios Luis Nava y Mirtha Cunza en este caso, que incluye las visitas a la suite de Canaan y llega a niveles que lindan con el narcotráfico. El doctor García, seguro mudo por la preocupación, no dice nada, de los dimes y diretes de los poderes del Estado, de la participación de sus ex ministros ni de la mención a sus secretarios. Si alguien dice que este caso no le alcanza al presidente es porque simplemente no quiere ver la realidad.
No se si llamar robo a la pérdida de las pruebas. El término cambiazo creo que queda corto por los alcances de la permuta. Lo que si me queda claro es que hay un patrón de comportamiento, delincuencial, que consiste en robar pruebas, en involucrarse en procesos judiciales, en una falta notable de escrúpulos, que actúa de manera tan soberbia que pareciera que los sujetos involucrados, que dicen hacer política pero la ensucian, desprecian al Perú.
Analicemos ese patrón de comportamiento, delincuencial.
Del Ministerio de Salud se perdieron centenas de cajas con documentos, que se tuvieron que sacar en más de un camión, que podrían contener pruebas sobre licitaciones, compras, construcciones, vinculadas al asunto Canaan. Esa pérdida beneficiaría al ex ministro Hernán Garrido Lecca como dicen analistas serios y medios de comunicación diversos. Obviamente eso tiene que investigarse. Pero, por probable encubrimiento, también alcanzaría al actual ministro Oscar Ugarte, que se dedicó a blindar este robo y no a profundizar en las investigaciones.
Ahora, no se sabe donde, si en el Poder Judicial, en la Fiscalía o en la Policía Nacional, se hace el "cambio" de los USB, de los dispositivos de memoria, de los sistemas operativos (Linux por Windows) y nadie sabe quién lo ha hecho. La pérdida de estos archivos ha sido selectiva. Como dice El Comercio, los audios que mencionan a Jorge del Castillo y Hernàn Garrido Lecca desaparecieron.
La política se desprestigia a pasos agigantados por casos como este. Nos preguntamos ¿quién es el autor intelectual de esta modalidad de delito?
Nada está dicho. Lo único claro es que, como dice RMP, hay presente un nuevo delito: el de encubrimiento.
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